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Channel: Lucía Be
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Listas de lunes

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Que no. Que no hay vuelta atrás. Ya han empezado las primeras lluvias, hay que taparse con una mantita y lo de ir sin calcetines se hace cada vez más duro (pero resistiremos). No hay escape: estamos en otoño. Si a eso le añadimos fin de mes y ajuste de numeritos, esa cara B del emprendimiento para la que no tengo ningún arte, todo se hace un poco cuesta arriba. 

En lunes como éste, me dejo llevar por las listas. Esas en las que apunto cosas que luego no hago, pero me ayudan a sentir esa alegría en el cuerpo que a veces falta. La culpa la tiene el mediterráneo, que me acostumbró al solete diario. Y ahora que el cielo está gris y me acongojan los números, ¡qué falta me hace! Qué le voy a hacer si yoooooooo... Ya callo. Les dejo con mi lista de la semana:

♥ Comprarme unas zapatillas. Corro el riesgo de pecar de consumista, pero no me negarán ustedes el subidón que da un pequeño capricho. Llevo detrás de mis converse color crudo desde hace décadas, pero nunca doy el paso. Ya les digo, mejor una sola compra que muchas, así que yo creo que esta va a ser mi compra del mes. Eso sí, no habrá ninguna más (o eso creo...).

Foto: Phil Oil para Vogue. Street style Paris Fashion Week.

♥ Quedar con una amiga. Nada más fácil y más barato y más bonito, que quedar a tomar algo con alguien a quien quieres. Se olvidan las nubes en un plis y el otoño es una fiesta. Esto de vivir en el campo es complicado, así que... ¡Madrid me espera! 

La Russo y la Battaglia muertas de risa en la semana de la moda de París. 

♥ Dejar de creerme mis chorradas. Es una frase muy buena que leí en el artículo "cómo tener un vientre plano y una vida sexual increíble en 8 pasos". Muy recomendable en esta estación proclive a la melancolía. Yo, desde hoy, paso de mí y de mis milongas, que a veces me pongo de un romancero...



♥ Hacer caso a David Moralejo porque con este post consigue que den ganas de que el otoño no acabe nunca. De momento, me voy a hinchar a gildas. Que no tengo ni pajolera idea de lo que es, pero tiene buenísima pinta. ¿Alguien me acompaña? 

Lo de siempre, caballero.
♥ Acabarme de una vez Reina Lucía. Que oigan, muy divertido, sí, pero me está costando. Y si no lo termino, no puedo empezar con esa otra lista interminable de libros que me quedan por leer... 



♥ Cerrar chiringo a las 7 y salir de paseo al campo. Y de paso, sacar de paseo uno de los preciosos sombreros de fieltro de la colección de invierno de Lucía Be, que en tres semanas en la tienda online, ¡tan bonitos! 

Chiara Totire en París Fashion Week. Vogue.
Y ustedes, ¿cómo afrontan la semana? Hablamos el lunes que viene para ver dónde han quedado las listas. ¡Sean felices!

Código emprende

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Desde que mi pequeño sarao empezó a moverse, me llegan muchos mails preguntándome cómo lanzar una empresa, empezar un negocio, dónde encontrar proveedores, cómo hacer números, llevar las redes sociales y un número infinito de cuestiones para las que hasta hace un par de años yo no tenía ninguna respuesta. 

No sé si lo he hecho bien o mal, pero Lucía Be ha ido creciendo conforme mis necesidades, sin un plan de negocio y sin tener muy claro el camino. Por culpa de eso, he tropezado un montón de veces y he ido aprendiendo de grandes gafadas y algunos éxitos, y sobre todo, muchísimas horas de trabajo que me han llevado hasta hoy.

Cuando empecé con todo esto, la mayoría no sabíamos lo que se avecinaba con la crisis, y eso de emprender, las shops online y el mundo craft era cosa de cuatro gatos un poco locos. Yo hacía tocados, dibujos y me pasaba el día metida en una redacción de la que estaba deseando escapar de una vez por todas. Hasta qué escapé. "Voy a abrirme una tienda en internet, hacer tocados por aquí, dibujos por allá, camisetas...", me excusaba. La gente pensaba que me había vuelto majara excelto mi madre que desde el principio de los tiempos asegura que voy a triunfar. 

No sé si tendrá razón, pero con sus ánimos, mil ideas inconexas en la cabeza y los primeros pedidos llegando a una cuenta de correo de gmail, empecé mi aventura. 

Portada de mi primera colección de tocados. Unas fotos enviadas por mail... y se me fue de las manos.
Ahora que emprender un negocio se ha convertido en mainstream, me encuentro cada día con más páginas de ayuda al emprendedor, gente que aconseja y sitios donde obtener pautas para hacer un negocio rentable. Hasta la tele ha visto un filón en el tema y ya van tres programas de Código Emprende en TVE (del que yo no hubiera pasado ni la primera prueba, por cierto). 

Yo sigo intentando que todo esto sea sostenible con mi familia y unos números decentes a fin de mes. Y aquí me tienen, haciendo malabares cada día para que todo cuadre y poder seguir haciendo lo único que puedo hacer desde mi casa en el campo en un pueblo perdido. Y me preguntan ustedes cómo emprender...

Partiendo de que no soy ninguna asesoría de pequeñas empresas o emprendedores, que las hay y muy buenas, les daré un par de consejos que trato de seguir siempre:

♥   Hacer algo diferente a los demás. A veces me cuentan: "yo hago bolsos, pendientes..." Vale, ¿y? Denle una vuelta, analicen el mercado, trabajen las opciones... Hay mil cosas que se pueden hacer y otras mil que están más vistas que el tebeo. Sean auténticos y échenle horas. En el concepto está la cuestión. Y si no, entrenen con la prueba del ascensor...

Ro Muñoz, creadora de Real Fábrica. Nos hicimos medio amigas mail tras mail hace unos meses, y la sigo con devoción cada miércoles en la tele. Su concepto enamora, y si no, click

♥   Deleguen. No todo se nos da bien y hay cosas que es mejor que las hagan otros. Yo desde el principio contraté una asesoría y me hice autónoma. Ahora se ha incorporado Raquel, que entre otras cosas se encarga de las tablas de excel, cuadrar ingresos y gastos y decirme si esto es rentable. De momento lleva quince días, así que ya les contaré su respuesta.

Ayer, cuadrando septiembre
Si algo he aprendido en todo este tiempo es que emprender un sueño es posible, pero uno nunca vuelve a dormir tranquilo. Mi cabeza está dando guerra todo el día, me llegan los mails al teléfono, se me ocurren cosas a mitad de la noche, soy pluriempleada y me siento muy muy sola. Pero estoy enganchada, y a día de hoy, con miles de flecos y cosas que mejorar, puedo decir que soy feliz.

Única foto decente en el taller tras media hora con el amore. Moraleja: hay que buscarse un fotógrafo.
Lo que está claro es que yo no soy ningún ejemplo de negocio, así que si quieren emprender, fijen sus miras en otros puntos:








Y cada vez que me escriban, les derivaré a este post, con muchos ánimos para emprender el vuelo. Les dejo con un vídeo que vi ayer y me gustó mucho. Y a ver si entre todos convencemos al amigo Juan Ramón de que pongan Código Emprende a una hora decente, ¡que mañana no habrá quién me levante!




Psssst!! se vende esta aldea en Galicia por CERO EUROS para rehabilitarla. Yo visiono un lugar increíble para celebrar bodas, hacer sesiones de fotos, escapadas especiales... ¡ahí lo dejo!

Cómo ligar (y no perder la decencia)

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Mis amigas no suelen pasarse por este blog. No es una queja, sino una afirmación. No me leen nunca, y mejor, porque es una manera de evadirme de este mundo 2.0 en el que a veces me atrapo yo sola. Pero hete aquí que ayer me llama Conchita y me asalta tal que así: "Oye, que estás siempre dale que te dale con lo de emprender y los negocios, y no te das cuenta de que lo que realmente nos importa a algunas es saber cómo narices ligar sin perder la decencia".

Yo, que soy una vendida, y para una vez que me lee alguien conocido tengo que esmerarme, me puse a cavilar sobre el tema. Pero siendo serios, una señora casada con un hijo y viviendo en un pueblo, poco tiene que decir al respecto. Que yo he tenido mis triunfos, oigan, pero como que me sonaba muy falso. Y además, en esto, ¿no es más interesante saber qué opinan al otro lado?

Así las cosas, acudí al que para mí -y con permiso del amore- es el gurú del flirt y la buena vida: David Moralejo. Sí, el tipo que el otro día aconsejaba hincharse a gildas en otoño (que por cierto, ando en ello todavía) y que puntualmente desde su cuaderno secreto de bon vivant informa del buen comer, beber, leer y vivir en general. 

Pues bien, el tal David aceptó mi propuesta con tal buen grado, que escribió para mí y todas ustedes cuatro reglas básicas de la seducción y el cortejo. Aprovechen que es viernes, ya están tardando en ponerlas en práctica... 


 Look: siempre perfectas, nunca disfrazadas. Mejor despeinadas que con un tuneado de peluquería. Mejor con poco maquillaje que pintadas como puertas. Mejor con tacones altísimos si eso no implica que nos saquéis una cabeza. Mejor con bailarinas porque eso significa que bailaréis. Mejor con un bolso en el que quepan nuestras llaves, nuestro tabaco, nuestro todo. Mejor con frío para que podamos dejaros la chaqueta. 



♥   Actitud: femeninas pero nunca cursis, dispuestas a trepar por un árbol o a caminar por arenas movedizas si la noche nos arrastra a cometer locuras. Sonrientes, felices, despreocupadas y capaces de evitar ciertos temas en la primera cita. Porque nos da igual vuestra madre, porque no queremos saber si TODAS vuestras amigas están ya casadas, porque vuestro inaplazable instinto maternal preferimos descubrirlo otro día y porque no, no tenéis ni arrugas ni celulitis ni ex novios. Sois perfectas. 



♥   Qué beber: la vida. Sería genial un Talisker 20 para ir a juego, pero también una copa de borgoña, una botella entera de champagne o un gin tonic con mucho limón porque, como dice la canción de Family, "me gusta mirar tu cara graciosa cuando bebes limón". Los cosmopolitans, esto... dejadlos para las fiestas de chicas.



♥   Lo que odiamos: la actitud de las MMC ("mientras me caso"), esas avezadas "novio-hunters" que olfatean a su presa hasta que se lanzan sobre ella. Las que se separan de sus amigas porque en realidad han salido a ligar. Esto es verídico porque lo he visto y SE NOTA: grupos de cinco chicas que van juntas hasta que, de repente, deciden que ha llegado el momento de romper filas. Es entonces cuando se separan y caminan cual zombies a ver si encuentran planazo.



Espero que de ésta mis amigas empiecen a tomarme en serio. 
Ya me contarán si ponen en práctica los consejos, yo mientras, 
me beberé el Talisker ése con unas cuantas gildas. 

¡Sean felices!

Tocados de otoño

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Thora
Jassy 
Nancy
Emily& Beatrice
Maud
Nila
Ginnie Maddox
"Sintiéndome como una provinciana, habiendo ido a Londres a pasar el día y decidida a ver un poco de acción, le pedí a Davey que me llevase a comer al Ritz, y aquello me deprimió más aún: me di cuenta de que mi ropa, tan bonita y apropiada para las ceremonias del día de San Jorge y que tanta admiración despertaba, era casi ridícula por su ñoñería. Deseaba con toda mi alma llevar un gorrito de pieles o un diminuto sombrero de avestruz, como las dos mujeres de la mesa contigua. Me moría de ganas de llevar un elegante vestido negro, broches de diamantes o un abrigo de visón oscuro, zapatos que no pareciesen botas ortopédicas, guantes largos de ante negro y arrugado, y el pelo suave y brillante".

Nancy Mitford, A la caza del amor.

Lucía Be on air

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El otro día me llamaron de la radio para entrevistarme. A mí, que soy tímida por naturaleza y de pequeña me obligaban a coger el teléfono y pedir cita en la charcutería (qué malos recuerdos, por favor) se me encogió el estómago y estuve así hasta el jueves pasado a las 21.14, hora prevista para mi estreno en las ondas.

Yo estaba con mis gafotas en el taller cuando suena el teléfono a la hora exacta. Descuelgo y al otro lado del auricular suena una musiquita, oigo al presentador diciendo no sé qué de los tocados y emprender, y de pronto... "Lucía Be, bona nit!!!". Estuve a punto de colgar y meterme debajo de la mesa como si aquí nunca hubiera pasado nada.

Hacer una entrevista por teléfono no es fácil, créanme. Uno no ve con quién está hablando, a veces no se encuentran las palabras adecuadas, el tiempo es limitado y es imposible gesticular para corroborar lo que sale por la boca. Así las cosas, hice lo que buenamente pude y yo creo que salí medianamente airosa.

Los de RTVV se enteraron de mi existencia por esta entrevista
Digo medianamente, y es que luego mis detractoras favoritas, a la sazón, mis hermanas, me echaron la bronca:

- "El Torró te felicita por lo bien que escribes y no le das ni las gracias, ¡serás desagradable!"

- "Echamos de menos más alegría, más agradecimiento a tus fans... ¡te has pasado todo el rato poniéndolo todo muy negro!"

En parte tienen razón, pero es que no me llegaba la camisa al cuello. Y como para eso está este blog, donde no me ve nadie y puedo explayarme lo que quiero, un par de cosas:

♥  Tengo las palabras del presentador, José Luis Torró, grabadas a fuego, y cada vez que me entra el bajoncillo me enchufo el recuerdo. Les cito, literalmente: "he ojeado tu blog y eres realmente una escritora con un estilo propio y muy divertida... ¿te atreverás a escribir un libro algún día?". Que una persona con experiencia en los medios como él me diga eso, ya hace que todo este sarao valga la pena (y mañana empiezo a escribir, no se hable más).

♥  Y lo de agradecer a los que me siguen, pues ya lo saben: sin ustedes, nada de esto sería hoy posible. Ni radio, ni entrevistas ni noches con gafotas en el taller. Por si no se lo digo suficientes veces: GRACIAS.

Les dejo con el audio de la entrevista que yo no pienso escuchar ni loca. Bastante tengo ya con mis hermanas... Y así inauguro oficialmente el canal de youtube de Lucía Be. Ya saben, pueden leer mis tonterías en Twitter, ver mis fotos en Instagram, seguirme en facebook... ¡y ahora podrán ver nuestros vídeos! Conste que no quiero ser pesada...



¡Sean felices!

Lo que cuentan las montañas

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Dice Pablo que no hará frío hasta bien entrado noviembre. Le pregunto cómo lo sabe, y él me riñe porque no miro las montañas.

- ¿Ves nieve sobre ellas? No, ¿verdad? pues ahí lo tienes: no hará frío hasta noviembre.

- ¿Y cómo sabes si mañana no va nevar un montón? Estaríamos en octubre y empezaría a hacer un frío de narices.

- Mañana no va a nevar, ¿pero no ves las montañas? Aún te digo más: entradito marzo ya empezará el calor.

- Venga ya Pablo, ¿y eso cómo lo sabes? No creo que te lo digan las montañas.

- ¡El hombre del tiempo! Es que tú te pasas el día ahí encerrada con tu ordenador y así no puedes entender nada. 

Y se echa a reír. Yo me afano en mirar a lo lejos, pero por más que lo intento, sólo veo una hilera de montañas azules. Y mientras, pienso que en la vida también es así. Que a veces, hay que salir fuera y mirar a lo lejos para entender lo que pasa. Lo que está por venir. 


Así las cosas, no sé ustedes, pero yo no voy a invertir 
en mucho abrigo este año.

Viernes rosa

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Y pasen un fin de semana de colores

Quiero ser como Sira

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Me sucede a veces que leer se convierte en algo muy complicado. Dedico mucho tiempo a imaginar los personajes, a pensar cómo vestirán, cómo será su voz o su cara. Los escenarios los reviso una y otra vez, y si no me cuadra algo, me es imposible pasar de página hasta que no lo tenga todo visualizado. Llega un punto que me he montado tal película en mi cabeza, que me es muy difícil olvidarme y esos mismos personajes me acompañan luego.

Por eso no suelen gustarme las adaptaciones al cine. Recuerdo cuando era pequeña y vi "La llave mágica", un libro que había leído antes. Me llevé tal chasco que escribí una carta al director. Dear Frank... empezaba. Nunca me contestó, obviamente, y me juré a mi misma que ahí se acababa mi historia con las adaptaciones al cine de libros que hubiera leído antes.

Hasta ayer. Tenía mucha curiosidad por ver cómo habían resuelto los de Antena 3 la novela que se ha leído todo el mundo. Yo misma, que huyo de Follet, Grey y Ruiz Zafón como de la peste, me enganché desde el minuto cero, y el final de mi embarazo lo pasé la mar de bien con las aventuras de Sira Quiroga. 

Tenía mis reservas, pero... la serie las superó con creces. Excepto el padre que se veía abotargado y un Ramiro que parece Cayetano a punto de salir al ruedo, el resto me pareció de lo mejorcico que se ha hecho en España. Fue como volver a leer las páginas de nuevo, revisitar la película de mi cabeza e incluso mejorarla. El escenario, los personajes... y lo mejor, sin duda, el vestuario. Estuve soñando la hora y media que duró el capítulo, con esos sombreros, esas blusas y vestidos de gasa, que van evolucionando al paso de la historia. 

Las noches de los lunes ya están reservadas señores. No soy ninguna experta en series, pero yo también quiero llevar esos vestidos, y esos tocados, y tener un taller en Tánger donde vestir a la aristocracia del lugar. Durante una hora y media me sentí muy Sira. Y eso al final, es lo que tienen los libros, ¿no?









¡Sean felices!

Curasanes y café

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Vivir en el campo puede ser un cuelgue absoluto. Negaré siempre que esto haya salido de mi boca, pero así es. Si encima le añadimos el trabajar en casa en un negocio propio, eso es el novamás del cuelgue. Mi prima me lo avisó en su momento: "nena, te vas a chinar ahí en ese pueblo, tú que eres tan fan de fiestas". Yo, enamorada, prometida y sintiéndome muy bohemia, le intentaba convencer de que mi verdadero yo era aventurero y campestre...

... Pero no. O sí, pero no tanto. Y hete aquí, que tres años después, necesito un compañero de mesa a quien contarle el último mail que he recibido y traerle curasanes para desayunar. Alguien a quien contarle que a veces se me secan las ideas, me enfado con la vida y lo único que quiero es echar el cierre y reconvertirme en una respetable ama de casa. Eso es lo que me pasó el viernes, y el amore, muy confuso, me apremiaba a escribir. "No te preocupes, posteas un rato, dibujas y ya verás como se te pasa". En esto de emprender, todo es un poco ciclotímico y el otro lo paga

Pero amaneció el sábado y con él la inauguración de Holamama en Madrid, una tienda llena de boniteces, techo de madera y un piso arriba donde se montan esos talleres crafters que tanto nos gustan. Allá que me fui con paxarito, el amore, los pañales y unos amigos. Y entre cava y banderines, encontré a mis compañeras de trabajo. Esas con las que despotricar del jefe, tomar un café a media mañana, comentar la última jugada o simplemente desahogarse. En éste caso, la jefa soy yo misma, pero... es que a veces puedo ser muy pesada.

Allí estaba Paula, de Holamama, nerviosa y feliz con su nueva tienda, Alicia, tan alta y estilosa que pensé que era una egoblogger, Ro, de Real Fábrica, dándole al cava, Bea, de Con botas de agua, con su preciosa Martina, Conchi recién llegada de Helsinki, Lucía con Sophie y sus gafas rojas... y María, MercyBárbara, CristinaTanit, Mar & María... 


Por muchos éxitos Paula, ¡¡chin chin!!
Sophie aplastada entre Lucías (Be & M)
Momento autógrafo: Roooo que has salido en la teleeeeeee!!!!!! 
Hablar de la vida y del trabajo -copa mediante- con personas que están en el mismo campo hace que todo se vea mejor. Llámenlo terapia, charla de locas o ese café a media mañana que tanto echaba de menos. A veces hace falta ese momento para relativizar chorradas y volver a sonreír. Sigo sin compañero a quien traerle curasanes, pero cualquier día me planto en casa de alguna de ellas a llevárselos en persona.

Y si están por Madrid, no se pierdan la nueva tienda de Holamama. Se cogen el coche y aparcan al lado, que es gratis (como lo leen). Me cuenta Paula que está tramando un curso para hacer un calendario de Adviento y otro para empaquetar regalos preciosos. Mi consejo: piérdanse en sus estanterías. Papeles de seda, celos de colores (washi tape, le llaman), pegatinas, sellos... yo ando enamorada de sus máquinas de escribir antiguas, y fijo que antes de Navidad me hago con una. ¡He dicho!



Y sean felices, compañeros.

El primer invierno

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Presentar una colección otoño - invierno cuando en las revistas ya están pensando las editoriales de primavera y apenas quedan dos meses para las rebajas es fatal. Lo sé. Yo no acabo de adaptarme a esta vida loca, que cantaba el señor Céspedes, pero lo intento. Y así van saliendo las cosas.

Nunca he sacado nada en invierno, pero esta vez me empezaron a apetecer gorros, sombreros y turbantes de terciopelo. Y ya saben, una que se lía, le salen más productos de la cuenta, llama a una amiga guapa para que le haga de modelo... y de pronto me veo en Alpera con paxarito y el amore para hacer las fotos del catálogo.

Pardon my friend, ¿Alpera? Pues he de decirles que es uno de los sitios más bellos en los que he estado nunca. Allí, en un antiguo molino rehabilitado, nos juntamos varios con guitarras y vinito manchego, y a las 6 de la mañana todos arriba para coger buena luz y sacar unas fotos bonitas.

Hay veces se crea una conexión especial, llámenlo química, y en ese molino surgió. Elena y Paz, las modelos sabían exactamente lo que quería, Sabrina, la maquilladora, las dejó reguapas, y Carlos y Aurora, los fotógrafos, lo captaron todo a la perfección. Yo espero de corazón que les guste, el martes que viene estará todo disponible en la tienda online y espero que vuele todo. Eso sí, si les apetece, ya pueden hacer sus pedidos a lucia@luciabe.com.





Sal de casa, haz que el invierno sea una fiesta

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A veces puedo tirarme una semana entera encerrada en el taller. Pablo, ya saben, se mete mucho conmigo. Pero quien más se queja es el amore. Paxarito como es pequeño sólo dice papá, de mamá ni rastro. Y tengo amigos que dejaron de llamarme a sabiendas de que jamás cojo el teléfono. Porque claro, estoy taaaaan ocupada.

Es verdad, lo estoy. Sacar un negocio adelante cuesta mucho sacrificio. Pero también es verdad que yo empecé con esto porque mi vida en la redacción no me parecía vida: me pasaba noches encerrada con mi ordenador en cierres eternos escribiendo sobre bodas o colecciones que no me importaban un pimiento, el sueldo no me daba ni para pagar el alquiler de un piso de 25 metros cuadrados y me alimentaba a base de ensalada césar del Mercadona en una cocina enana que compartía con mis compañeros.

Me aventuré en esto porque quería trabajar para mí, tener familia y dedicar tiempo a las personas que quería. Tres años después seguimos en las mismas, encerrada y pasando las noches delante del ordenador. Pues algo estás haciendo mal, baby...

He repensado mucho todo este chiringo bajo la premisa de: "si volviera a crear Lucía Be, ¿cómo sería?". Y así, he redescubierto mi trabajo, mis servicios, el producto que vendo y el cliente al que me dirijo. Y me he dado cuenta de que es ese el camino que debo seguir. Quizás les parezca una obviedad, pero a veces cuando se trata de llegar a fin de mes, uno va aceptando encargos de todo tipo hasta que le sale el trabajo por las orejas. Y entonces ni familia ni conciliación ni huerto ni mandangas. Be water my friend: paren, piensen y entonces actúen.

Sigo intentando rascar horas, como todo hijo de vecino, para salir de mis cuatro paredes. Y de ahí nació la idea para este vídeo, con el que presentamos la nueva colección que ya está disponible en la shop online (siiiii, todo el mundo a comprar como posesos!!!):


Con sombrero o sin él, pero salir. De uno mismo, del cara a cara con el ordenador o del atrape en redes sociales. La vida, lo mejor de ella, está ahí fuera. Y nosotros sólo tenemos que abrir la puerta.



Salgan, jueguen, lean... ¡y sean felices!

¿Viernes?

Pies al aire

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A finales de otoño de 2010 estuve en Nueva York y me quedé pasmada. No por los edificios, la estatua de la libertad, Warhol en el Moma o encontrarme con Adrien Brody eligiendo el mismo sándwich que yo en Dean & Deluca. Lo que de verdad me inquietó del viaje y me hizo ver las cosas en otra dimensión fueron las neoyorquinas. No las turistas como yo, que a esas se las ve a la legua, sino ellas, las que caminaban por Bowery St o Central Park con sus looks de ensueño... sin medias ni calcetines.

Sí, como lo leen. Las piernas al viento a cinco grados, y servidora con sus calcetines de lana gordos y unas botas, cámara mediante colgada del cuello. No me he sentido más paleta en mi vida que pidiendo copas en el bar del Hudson Hotel, vestida de esa guisa y compartiendo barra con personajes que parecían vestidos para epatar a Bill Cunningham.

He reflexionado mucho sobre el tema, y sin seguirlo hasta el extremo, sí he adoptado ese tip de llevar las bailarinas sin medias ni calcetines. Soy reticente a llevar las piernas al aire, sobre todo porque me encantan las medias tupidas y sin broncear puedo parecer una especie de novia cadáver, pero si opto por pantalón y bailarinas, mis pies siempre van desnudos. Y según con qué tacón, también.

He visto muchos pieses enfundados en medias color carne de abuela, bailarinas decaídas por culpa de ejecutivos toscos y looks venidos a menos por un calcetín. Así que llegados a este punto del otoño, me veo en la obligación de darles un consejo, (aunque nadie me lo haya pedido):

Las bailarinas y los pantalones, sin calcetines mucho mejor

Yo sé que es duro, que hace fresco y lo que apetece es calzarse algo gordito que proteja los pies. Estupendo oigan, pero entonces opten mejor por unas zapatillas, zapatos o botas. Y dejen las bailarinas para cuando luzca el sol.

Las medias transparentes no valen. Tienden a arrugarse y producen un efecto abueloso nada favorecedor. Sé que muchos me odiarán por esto, estoy pensando en mi hermana, por ejemplo. Pero creo que es mi deber informarles de que el look, así sin nada, queda mucho más bello.

Y si no, tomen nota de desfiles, street style y ese lugar llamado Pinterest que tanto nos gusta. Yo mientras tanto, les pongo ejemplos: 

Frida Gustavvson en París
Garance Doré, ella sí que sabe de estilo. 
Los pies de The Blonde Salad en París
También con tacones, vía pinterest 




Sean felices y ya saben, ¡fuera calcetines!

Blogs, posts y otras milongas. El arte de las redes sociales.

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Ese momento en el que uno se curra una foto, la sube al facebook o a instagram con toda la emoción y... nada. Un par de likes a lo sumo. Cero comentarios, el silencio. A todos nos ha pasado y a mí la primera. Muchas veces me dicen que qué suerte, tanta gente que comenta y comparte mis rollos. Yo que no acabo de creérmelo, me río recordando años enteros escribiendo para el amore, que creo que ni siquiera entonces me leía. 

Empezar y mantener un blog es difícil, sobre todo al principio, cuando no sabe uno a qué atenerse y no le conoce ni el tato. Abrí este blog en 2009 y desde entonces he ido dando muchos tumbos hasta dar con lo que realmente va con mi esencia, con lo que soy, quiero contar y lo que sé hacer.

Hace unos días me escribieron las chicas de Hello! Creatividad para preguntarme por mis tres reglas de oro para escribir un blog e incluirlas en su curso de Hello! Blogging. Reflexioné mucho para quedarme sólo con tres cosas que intento seguir a rajatabla, conclusiones que son producto de un montón de posts sin rumbo, cabeceras sosas o categorías que no me servían para nada. Ya saben señores, de los errores se aprende una barbaridad. Se lo digo yo. 

Muchos de ustedes me preguntan qué hacer o cómo lograr captar un poco de atención en medio de tanto ruido en este mundo 2.0. Por si les sirven, allá van mis claves:

Todos sabemos lo que nos gusta, y ahí está la clave de lo que hay que hacer. Yo intento publicar siempre cosas que me divierten, fotos que me inspiran, historias que me emocionan... Al final, el mejor juez es uno mismo, y si uno no está convencido de lo que lanza, a los demás tampoco les convencerá.

Pinterest y los otros blogs están muy bien, pero lo que hace único y diferente un blog son las historias propias. Hay que encontrar una voz, una luz, un estilo propio que no es el de los demás y saber a quién nos estamos dirigiendo. No podemos escribir para todo el mundo, sino para un público concreto que hay que descubrir, respetar y no abandonar nunca. Sólo así los demás sabrán quién está al otro lado, y eso al final, es lo que engancha.


¿Nada bueno que publicar? ¡pues no publiquen! Internet está plagado de blogs y de cantidad ingente de información a todas horas, así que sus lectores no se morirán si no dan señales de vida. Es mejor siempre un buen post o un buen tweet, que un montón de información al aire que no aporte nada. Yo tengo estipulados tres días a la semana para escribir, pero si tengo un día gris y no se me ocurre nada, me espero al día siguiente y listo. Hay que valorar el silencio en internet.

Raquel tiene el blog que leo desde hace más tiempo.
Para mí es la esencia de lo que debería ser un buen blog
Son sólo tres reglas, pero si les interesa el tema, se sienten perdidos en este mundo 2.0 o les gustaría mejorar su blog, ahí tienen el curso Hello! Blogging, que imparte Bea de Con botas de agua, Mar y María, de Bebestilo, y  Bego (Tea on the Moon), que se encarga de dar las clases de fotografía y diseño. La primera edición del curso empezó el 4 de noviembre y termina el 29; pero habrá más ediciones así que estén atentos.

Cursos de Hello! Creatividad
Y si prefieren ir a su aire, quédense con el título "Las claves para impulsar tu blog" de Mamá quiero ser blogger. Como dice su slogan: "lo que todos hubiésemos querido saber cuando empezamos un blog y nadie nos dijo". Vamos, la de sinsabores que me podría haber ahorrado con el librito de marras, que tengo ahora entre mis manos y leo con devoción cuando paxarito me deja. 

Aquí Is, autora del libro y amante de NY
¿Y por qué tanto rollo con los blogs? se preguntarán algunos. Pues porque ahora mismo son una ventana para contarle al mundo lo que hacemos, tanto si uno es emprendedor como autónomo o trabaja por cuenta ajena. Lo cuenta la misma Joy Cho en su libro Blog Inc., en el que relata como su blog ha cambiado toda su vida. Ojo, no todo el mundo tiene que tener uno, ninguno de mis hermanos lo tiene y se ahorran mucho tiempo y quebraderos de cabeza. Pero yo misma he vivido cosas geniales gracias al blog y he podido darme a conocer con esta bitácora en la que algunos me aguantan desde hace ya casi cuatro años. Que vaya rollos, ¿eh?


No se crean, me sigue costando esto de estar en 
vena y sigo con mis crisis blogger. Y a ustedes, ¿cómo les va?

Conversaciones silvestres

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Les he hablado ya de mi amigo Pablo. El que me cuida el huerto, nos trae membrillo ahora que hace frío, guarda las cebollas en el sótano para que no echen raíces y se encarga de reñir a la tuerta, una perra callejera que vive donde crecen las calabazas y hace las delicias de Gastón, nuestro perro lobo.

Él es quien me ha enseñado casi todo lo que sé del campo, y a él le debo en parte todo esto de hecho en el campo con amor y todas esas gaitas. En realidad, el campestre es él y yo intento adaptarme. Hace un mes predijo que no haría frío hasta bien entrado noviembre, y acertó, me explicó cómo averiguar los grados que hace sólo con escuchar a la cigarra en verano y hasta me ha iniciado en el mundo de los injertos y esquejes. Ahí es nada.

No lo digo yo, lo dice todo el pueblo: mi huerto es el más bonito de toda la zona. Desde Don Emilio, el médico, hasta Pedro Patata. Todo el mundo lo sabe. Y Pablo sonríe satisfecho: "es que son ya muchos años, mis abuelos eran hortelanos y se iban en borrico a vender la cosecha por los pueblos de alrededor, mis padres también tenían su huerto... así que desde chico he estado trasteando con la tierra". Y así comienza nuestra conversación...


Para tener un huerto "mayormente hay que trabajar en condiciones", señala muy serio, "Hay que ser ordenado para trabajar lo menos posible y que cunda más". Le pregunto si fue al colegio, y él contesta riendo: "¡el colegio sólo lo he visto por la noche!".



Y como insisto, me cuenta que a los ocho años le mandaron a pastorear ovejas. "La primera noche me la pasé llorando, sólo en el campo, con más de cien ovejas. Hasta que me cansé porque nadie me hizo ni caso". Dice que entonces era diferente, que había mucha necesidad. Y así, llegaba el día de 5 de enero y él ponía los zapatos, como cualquier niño, a ver qué le echaban los Reyes: "Me ponían una patata y una cebolla, ni siquiera carbón, porque no había, así que decidí que eso de las patatas no era cosa de reyes y no volví a dejar los zapatos".




Estuvo hasta los diecisiete años cuidando ovejas, y hasta hubo un día que se cruzó cara a cara con un toro que le perdonó la vida. Y lo cuenta así muerto de risa: "¡¡pa verlo, pa estar ahí!!". Y es que hablar con Pablo es lo que tiene, uno empieza preguntándole por el huerto y acaba escuchando las historias de cuando bajaban los toros del Conde de Mayalde por los prados y él cazaba hurones en los arroyos limpios de entonces.


Pablo se pasa el día experimentando y probando inventos. En realidad no son invenciones propias, sino cosas que aprende de mirar y escuchar. "De los viejos de antes", afirma, "de ésos es de los que más se aprende". Hace unos días me enseñó un potingue asqueroso hecho con colillas que es el novamás para evitar las epidemias. O un líquido que hace con el polvo de las ortigas machacadas y agua: "lo mejor para que las plantas no se apidemien. Mucho mejor que los pesticidas, que tienen cosas muy feas, aunque cualquiera que me vea pensará que estoy tonto, siempre trasteando con estas marranadas".



Pero lo mejor son sus espantapájaros. Mi huerto está siempre lleno de peluches, osos gigantes y muñecas viejas. "La mejor es la pepona, la encajo bien en la tierra, ¡y no hay pájaro que se acerque!".


Y como sabe tanto y a todo se presta, juntos hemos vuelto a crear el calendario verdulero, con las frutas y verduras de temporada. Porque diciembre es mes de arándanos, noviembre es mes de membrillo y guindilla y dentro de un par de meses tendremos habas. Hecho a mano, en el campo, con amor. Y disponible aquí.


Les contaría mucho más de Pablo: sus trucos para conseguir que los melocotones estén más sabrosos, cómo injerta las cepas o cómo consigue que los melones crezcan más rápido. Pero no quiero abusar. Eso sí, prometo más posts jugosos porque aún me queda tela de nuestras largas conversaciones, ¡y que no falte! "Si no voy al campo, me falta el aire", me dice. Y creo que me lo está pegando... 

¡Sean felices!

Feliz viernes, zorras

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Zorras, verduleras, lagartas, cualquieras, perras y suegras. Todas ellas tachadas desde el diccionario como mujeres de vida irregular. Bueno, las suegras no (no todas, claro), pero manda narices las connotaciones mal rolleras que trae la palabra en sí. Eso sí, al suegro se le supone buena gente. Es un hombre, claro...

Sí, queridos, hoy estoy reivindicativa, así que afinen sus oídos, que no todo van a ser verduritas y tocados. Y es que siempre me ha llamado la atención la diferencia que hay en el vocabulario hombre - mujer. Nosotras nos llevamos todos los palos y la mayoría de palabras hacen referencia al oficio de meretriz. Ya saben: cortesanas, pelandruscas, rameras, fulanas y mujeres fáciles.

Un hombrezuelo es un pobre hombre, una mujerzuela es una fulana. Una lagarto es un reptil, una lagarta es una "mujer pícara y taimada" o una fulana. Un hombre de vida pública podría ser el presidente del Gobierno, una mujer de vida pública es una fulana. El perro es el mejor amigo del hombre, una perra es... una fulana. Hasta un fulano es un tipo cualquiera, mientras que una fulana es una gran prostituta. Y puedo seguir hasta el infinito, que la lista es interminable, monadas. 

Hace tiempo me encontré una zorra por la carretera. No una mujerzuela, no. Una zorra en el sentido estricto y animal de la palabra. ¡Era tan bonita! Estaba asustada y cuando paramos el coche para verla de cerca se fue corriendo. Pensé que si eran así, yo quería ser una zorra. Y me prometí compensar de algún modo al pobre animalico.

La compensación llega en forma de postal dedicada a todas las zorras del mundo: bonitas, listas y astutas, como las zorras de verdad. Que si el zorro es un espadachín justiciero, las zorras somos gente de bien, ¡faltaría más!

Así que feliz viernes, zorrupias. 
Y pasen un verdulero fin de semana.

Postal zorrupia disponible aquí



Mis bailarinas para gente súpernormal

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Todo empezó con un "¿bailas?". Muchas de las historias más bonitas comienzan así. La propuesta venía de Wonders y yo me lancé a la pista cual Travolta en sus mejores tiempos. Sí, se lo conté hace unos meses: la edición limitada de bailarinas de Lucía Be para gente súpernormal, ¿se acuerdan? 

Este verano me planté en su fábrica de Elche tras perder el tren y llegar varias horas tarde. Es lo que tiene la vida súpernormal, que el de Renfe se queda mirando ojiplático mientras una chilla al vacío por haber llegado un minuto tarde. Pero los trenes a veces pasan dos veces, así allá que me fui con mis bolsas llenas de sombreros, una carpeta de dibujos y mis alpargatas viejas.

Visitar una fábrica cuyo slogan es "made with love in Spain" (¿el destino?) es casi mágico, algo así como ir a la fábrica de Willy Wonka de los zapatos. Pude conocer a los artesanos que trabajan los modelos para que salgan al mercado, tocar suelas y pieles, y ver un cómo se hace en riguroso directo. Es un placer comprobar que siguen quedando empresarios que apuestan por las cosas hechas en España y con amor.


En el paraíso de los zapatos
Pero me voy por los cerros, y no me centro: ¡LAS BAILARINAS! Tenía muy claro que quería que fueran muy Lucía Be, con algún lazo, suavecitas, algo de ilustración... y un día, mientras la peluquera del pueblo me chamuscaba el pelo (una historia que ya les contaré) lo vi claro. Cogí un papel y allí mismo me puse a dibujar.






¡¡¡¡TACHAAAAAN!!!! Éste es el resultado: unas bailarinas súper bonitas, súper cómodas y para gente súper normal. Están diseñadas en piel nobuck color rosa nude, con un lazo en terciopelo negro y suela comfy. Puedo asegurarles que de cerca son mucho más bonitas, suaves, gustosas y listas para caminar.












Se trata de una colección cápsula que desde ya está disponible aquí por 89 euros, gastos de envío incluidos. La edición es limitada, así que si quieren reservar un par pueden hacerlo enviándome un correo a lucia@luciabe.com (y así de paso me saludan). 


Si quieren verme en la fábrica Wonders con mi pelo chamuscado, click aquí





Yo mientras, como en los Oscar, tengo que dar las gracias:

Al equipo de diseño de Wonders. Nunca trabajar ha sido tan fácil y habéis conseguido que mis bailarinas sean aún más bonitas que como pululaban en mis sueños.

A Belén por ser la causante de todo este jaleo súpernormal y por sacarme a bailar en alpargatas. 

A Rubén y a Marisa por ser tan majos y a todos los artesanos que han hecho realidad estas bailarinas. Ya saben, hechas con mucho amor. Pero del bueno.





Porque la vida es una verbena... ¿bailan?

Queridos Reyes Magos... Pink & Gin!

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Todos los años me hago buenos propósitos y listas interminables que luego no cumplo. Los Reyes Magos y regalos de Navidad son una de esas cosas que incluyo en mis buenas intenciones y al final siempre acabo como el año pasado, a las 11 de la noche en El Corte Inglés buscando cual posesa regalos para todos. Ya saben, que entre hermanos, cuñados, padres, suegros y ahora hijos, somos un buen un puñado.

Este año no me vuelve a pasar, lo prometo. Ando ya a la zaga de regalos especiales y amorosos, que de grandes almacenes está el mundo lleno. Así que cuando Olga de Singulares Magazine me propuso hacer una página con ideas para regalar este año ya iba preparada. He hecho una selección de tiendas bonitas, de gente emprenderora que tiene detrás una historia, que vende cosas para guardar como un tesoro. 



  CAJA GIN TONIC. Botella de la ginebra valenciana Ginself con toques cítricos y de chufa, cuatro tónicas premium y una botella de angostura potenciador del sabor. De L'Exquisit. 50 euros.

 COJÍN hecho a mano de Pía and the makers. 26 euros.

 ANILLO baguette. De Oui Petit. 30 euros.

BAILARINAS edición limitada de Lucía Be para Wonders. A la venta aquí. Ya se han agotado varios números,
pero pueden hacer sus reservas en lucia@luciabe.com. 89 euros.

 BLUSA blanca. De Una caja de botones. 30 euros.

BOLSO Pouch La Granja. De Zubi. 70 euros.

 BROCHE barco de origami color oro. De Lua Nord. 19 euros.

 CLIPBOARD. De Lua Nord. 19,90 euros.

 CLUTCH libro Sense and Sensibility
de Rue Vintage 74. 89 euros.

 DIADEMA de flores de Lucía Be. 75 euros.

 GAFAS Birdi Walnut de Palens. 94 euros.

 LIBRO Las claves para impulsar tu blog,
de Mamá quiero ser blogger. 20 euros.

 JUEGO DE TÉ de porcelana checoslovaca de
los años 30 para 6 personas rosa palo con filo plateado.
De Rue Vintage 74. 145 euros.

 MUÑECA hecha a mano de Minina Loves. 87 euros.

 FULAR chileno de Pía and the makers. 47,50 euros.

 PENDIENTES de malla dorada de Rue Vintage 74. 55 euros.

 TARJETA de mi tienda bonita. 12 euros.




No se pierdan el resto de la revista aquí, con ideas 
para regalar de muchas bloggers, diseñadoras y emprendedoras locas que yo voy a fichar en cuanto tenga un rato.

¡Sean felices!

Boda en el mar

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Conocí a Judith en mi taller hace dos años. Vino con su novio (Dani, un amante de las bicicletas), y una flor en el pelo, y nos entendimos desde el primer momento. Ella vendía mis tocados en su preciosa tienda de Menorca y desde entonces nos escribíamos para ver cómo nos iba la vida, nuestras cosas del amor y de la vida emprendedora.

Cuando me dijo que se casaba supe que sería una novia especial, y lo confirmé cuando vi su vestido, sencillo y ligero, y empezamos a pensar qué podía llevar en el pelo. Ayer me mandó las fotos de la boda y me emocionó verla tan feliz y tan guapa, con Dani y su pajarita, y una fiesta íntima y especial que celebró en casa de unos amigos. Pero ella lo cuenta mucho mejor...

"El diseño de la boda fue facilísimo, queríamos algo muy íntimo, pero bonito, y empezamos a mirar casas rurales para la celebración. Aparte de ser carísimas, solo éramos unas cuarenta personas… nos parecía un ambiente demasiado grande para tan poca gente. Así que contándoselo a unos amigos de Madrid que tienen casa en Menorca, nos la ofrecieron para celebrar la boda… ¡la casa está para disfrutarla! nos decían. Fue su regalo de boda, ya ves: el sitio perfecto.

Sabiendo ya el sitio, empezamos los preparativos, montamos e hicimos todo nosotros, las guirnaldas, accesorios, el photocall, las luces... ¡hasta el mínimo detalle estaba personalizado! Fueron meses de  manualidades  y  photoshop, pero quedo todo perfecto y como lo queríamos.


Un día haciendo un pedido de verano para la tienda vi mi vestido perfecto. Compré un par en rosa palo para tener en la tienda, y yo me lo quedé en crudo…. era sencillo, ligero, con aire romántico... ¡muy de mi estilo! Para darle un toque más de novia le cosimos pedrería en el hombro y le pusimos una  cinta de raso en la cintura.
El día de la boda salió todo perfecto, no tengo palabras para describirlo… Al  acabar la noche, con los calores de un 21 de septiembre en el Mediterráneo ¡acabamos todos vestidos en la piscina!
Al día siguiente casi todos los amigos nos enviaron whatsapps de agradecimiento, pero hubo uno que nunca se me olvidará: Nos habéis dado a todos una gran lección, que con poco se puede hacer mucho. Nadie se alegra de esta crisis, pero creo que nos quiere enseñar eso, a valorar más las cosas, a usar la imaginación, que no hace falta mucho para tener una casa, una boda o una tienda bonita… porque al final con imaginación, cariño, y ganas se puede hacer todo". 
















♥  Fotos: Nuri Seguí 
♥  Tocado: Lucía Be 
♥  pompones y cake topper: UBO shop 
♥  Resto: hecho en Menorca con amor 

Hecho con amor

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Encarni lleva trabajando casi toda su vida en la fábrica de Wonders, se encarga de montar los zapatos. Yo misma me encargo de hacer todos los tocados a mano, junto a Marta, una chica del pueblo que viene un par de días a la semana a ayudarme a que todo esté perfecto, se encarga de coser y hace los canotiers más bonitos.


Se habla mucho de hacer las cosas con amor. Y a veces yo misma pienso que estamos devaluando la palabra, convirtiéndola en un slogan de marca. En mi caso y en el de Wonders, me pareció una conexión bonita, ya que las dos marcas compartimos filosofía amorosa: "hecho en el campo con amor" y "made with love in Spain". Y justamente eso, las historias de cada uno, el trabajo a mano, con mimo y detalle, es lo que lleva consigo ese amor. Ya sea desde el campo o una fábrica en Elche.

Ya lo dije en la entrevista, para mí fabricar en España es apostar por lo nuestro y por las cosas bien hechas: dar trabajo, utilizar los mejores materiales para hacer cosas duraderas, cómodas y bonitas, invertir en diseño... Todo eso forma parte del cariño por las cosas bien hechas. Y justamente con amor es como saldremos de la crisis, porque lo que se hace así se hace con ganas, con esfuerzo, honestidad y muchas horas.



Estas bailarinas son suuuper cómodas, gracias a Encarni, y les van a durar mucho tiempo. ¡Ah! y ya están otra vez en la shop online de Wonders, a un click y en quince días en su casa.




Algunos de ustedes me han preguntado por el precio, que nos les parece súpernormal, y ésta es la respuesta:



¡Sean felices!
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