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Channel: Lucía Be
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Hostings, máquinas asesinas, villanos y superhéroes

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En esto de emprender, muchas veces se aprende de los errores. Y aquí estoy yo para darles la regla de oro si tienen un negocio online: aliénse con un buen programador. Y si no están casadas o no tienen pareja a la vista, ya saben: estos tipos se cotizan alto. 

Para el común de los mortales, o al menos a mí, eso de programar nos suena a chino de la China más profunda. Si me dicen que la web la manejan unos enanos verdes que viven dentro del ordenador, yo me lo creo. Por eso, cuando lancé mi primera página lo único que me preocupaba era que fuera muy bonita. Le pedí a una amiga que me ayudara, contratamos un alojamiento que nos pareció que estaba bien, y arreando. Ya teníamos web.

Alojamiento: ese lugar en el que vive una web. También llamado hosting. Para entendernos: Internet es como una ciudad, las webs son personas y tienen que vivir en sus casitas. El hosting vendría a ser eso, el alojamiento, la casa, el hotel o como quieran llamarlo.

Wikipedia dixit 
Como todo en la vida, hay casas buenas, malas, reguleras, flamantes o de lo peor de lo peor. No se guíen por los ofertones, sin el consejo de un experto, uno puede comprar un apartamento que a priori parece bastante decente, y que de pronto un día se le caiga el techo. Todo puede pasar en esta vida, oigan. Y a mí me ha pasado.

Cuando un alojamiento es poco seguro, hay máquinas asesinas que le pueden atacar. No sé para qué, mi cerebro ha asimilado demasiado últimamente así que no me pidan peras, pero el caso es que lo hacen. Justamente eso es lo que pasó con mi web. Y de pronto, mi bandeja de entrada se llenó de mails que, a mi pobre entender, estaban escritos en chino profundísimo con mi consiguiente nervio y ansia viva.

En toda peli de villanos siempre hay un héroe, y en éstas entra Súper Laro (de Release Informática para más datos). Me explica en castellano de a pie lo que está pasando, me recomienda cómo salir del embrollo, me va guiando pasito a paso, como Superman ayudando a cruzar a una vieja el paso de peatones, en el proceloso mundo de contratar un nuevo alojamiento. Y él se encarga de todo lo demás. Necesito más superhéroes que gestionen así mi vida.

Release informática, para servirles.
La mudanza ya está hecha y los malos han muerto, pero como en todo, estas cosas tardan un poco. No sé si serán los enanos verdes que tienen mucho follón o que el antiguo casero nos lo está poniendo difícil. Se lo he dicho ya, no me pidan peras. Pero el caso es que mi nueva casa, alojamiento o hosting es de cinco estrellas y me acaban de escribir un mail confirmándome que en menos de 48 horas estará la web completamente operativa, lista y bonita para que puedan hacer sus compras o darse un garbeo.

maquinitas asesinas a mí...
Les cuento todo esto para que no se preocupen, no hay un hacker malvado intentando hundirme en la miseria, sino que cuando uno  es principiante y no tiene ni pajolera idea de muchas cosas, pues pasa lo que pasa. Lo mejor para que no les pase como a mí, es contar con un súper héroe pero desde el principio de los tiempos. Que les asesore, que les guíe y si es necesario, les salve de los vergeles en los que se puedan meter.

Les pido disculpas por las molestias, les mantendré informados en cuanto esté todo listo y ya saben: siempre me pueden encontrar al otro lado en lucia@luciabe.com.


Sean felices, amigos, y si pueden, 
líguense a un buen programador 
(o programadora, que las hay y muy buenas).
Luego no digan que no les avisé...


En el aire de nuevo

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He estado algo desaparecida últimamente. Lo de la web me ha tenido en vilo y no he querido dar muchas señales de vida. Pero aquí estoy de nuevo, con la página web lista y un buen porrón de cosas que contarles. Porque en esta semana he hecho de todo. Aquí el ritmo no para a pesar de una web colgada y el vergel que todo ello ha supuesto. Ahora, a recuperar la normalidad. Y mientras, les voy contando:

1. Mi taller sigue pareciendo una leonera, pero de sus cuatro paredes salen paquetes tan bonitos... Aviso a navegantes: no se me pongan nerviosos, todos los pedidos están controlados y van llegando a tiempo. ¡La confección personalizada no se hace de un día para otro!


2. Se nos han casado muchas novias preciosas y originales, de esas que molan millones, y cuyas love story les contaré muy pronto. Con canotiers, coronas de flores, tiaras de semillas, peinetas y hasta un turbante. 



3. No nos han faltado invitadas que han paseado sus cabezas por los saraos más divertidos. Yo misma tuve una boda preciosa y me casqué un montón de flores en el pelo. El amore me decía: "porque eres mi mujer, que si no me darías vergüenza ajena". Pero eso, es otra historia...


4. Seguimos trabajando en el packaging de primavera. Las cajas Lucía Be, recicladas, de madera, pintadas a mano... ¡¡dan mucho juego!! Aquí una clienta-amiga me manda una foto de su gatete tan a gusto en su nueva casa.


5. ¡¡Tenemos el primer punto de venta de láminas, postales y minipoms de Lucía Be!! En Maow Design, la tienda más bonita de todo Coruña. Apunten: Cabo Santiago Gómez, 6. Si se pasan por allí, llévenle unos eggs of corral a Lydia, la dueña del sarao, de mi parte.



6. ¡Y seguimos en Galicia! Hoy sale hacia Betanzos la nueva colección para Galerías Deive, una tienda muy especial de la que ya les he hablado. Canotiers de paja, diademas de flores naturales, minipoms, pamelas... ¿más? Rúa Traviesa, 1, Betanzos.



7. Y así, entre programadores, sombreros, flores, lápices y mails, llegó el verano.¡¡Y yo con estos pelos!! menos mal que con este agobio que he pasado la operación bikini la tengo resuelta. ¿Dietas? Ñaaaa.... emprendan, queridos, ¡emprendan! y ya verán como sus kilos de más se evaporan como la espuma de las olas de Torrevieja.



¡Sean felices!

La 5th con Bleecker St: guía para enamorarse de NY

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La Quinta avenida no cruza con Bleecker Street, aunque así nos lo ha hecho creer Isa con su blog. Lo sé porque cuando me pidió que le dibujara una cabecera bonita, me volví loca peleando con google maps intentando descubrir ese cruce mágico. Llegué a pensar que el señor Maps se había equivocado, pero no señores, el ratoncito Pérez no existe y ese cruce tampoco. Lamento tener que ser yo quien se lo comunique.

"Me lo inventé, para que de vez en cuando alguien me dijera: no sé si sabes que la 5th no cruza con Bleecker", alega ella. Muy golfa, sí. Es lo que tiene ser la que más sabe del mundo (o de la blogosfera mundial) acerca de Nueva York y sus cosas. Que se puede permitir ciertas licencias y el común de los mortales ni enterarnos.

Os he engañado, lo sé...
Isa no es una teleoperadora de viajes ni trabaja en una agencia online, aunque a muchos nos lo parezca. Se enamoró de Manhattan y sus alrededores y desde entonces cuenta todo lo que descubre en su blog. Restaurantes, planes molones, dónde dormir, los sitios más concurridos por las celeb, qué meter en la maleta... todo lo sabe, y lo que no, lo averigua en sus viajes a la isla, por la que se da un garbeo casi todos los años. 

Y como sabe tanto, no quería taxis amarillos, ni Empire State ni las típicas postales que al turista medio nos molan tanto. No. "La 5th avenida es la calle que define Manhattan, la más conocida. No tengo un barrio fetiche, pero el Soho tiene Bleecker St., una calle con mucho charm que me encanta. No quería dar una dirección exacta, sino hacer pensar a todos aquellos que leen este blog que podría haber en este cruce imaginario...".

Y con esas pistas la dibujé. En su cruce mágico, vestida con un little black dress, tan Manhattan, y unas converse para recorrerse toda la ciudad y seguir descubriéndonos sus rincones.



Lástima no haberla conocido antes, porque en mi honeymoon me hubiera resultado de lo más útil. Ustedes, que aún están a tiempo, apunten sus mejores direcciones con esta guía by Isabel Leyva, ilustrada por servidora:



1. DORMIR EN NY: No te engañes, en Ny no hay hoteles cucos que yo sepa, son mega hoteles o carísimos o súper carísimos, no los hay recogiditos y monos como en otras ciudades. Por especial para mi, y porque fue el hotel en el que estuve la primera vez que fui a Nueva York, el Essex House. No lo olvidaré. Ramón, el botones, nos consiguió una habitación con vistas de primera línea a Central Park. Nunca he disfrutado tanto madrugando para ver como amanecía sobre mi parque.



2. LOS CUPCAKES MÁS MALENIS: Billy's Bakery y Angelina café, están brutales y de eso sé mucho, que tengo un master en cupcakes.


3. EL MEJOR SUSHI: En Nobu, un clásico en Tribeca. Si vas apureaeta de cash, Nobu Next Door es su marca "joven".


4. DÓNDE LIGAR Y BAILAR A PIÑÓN: Le Bain o Boom Boom Room en el hotel The Standard, con esos nombres no creo haya que explicar mucho más. Bueno, sólo que éste es el hotel más desvergonzado de NY, y hasta aquí puedo leer... Para bailar, Warm up en el Moma PS1 de Queens: música, arte y fiesta al aire libre, sólo los sábados y en verano.


5. SHOPPING INTELIGENTE: Hay muchas zonas por los barrios del Greenwich Village, Soho, Nolita... algunas de las más conocidas What comes around goes around, Resurrection, INA... pero Nolita sin duda por sus tiendas donde encontrar piezas de moda actual, fuera de las grandes marcas.


6. WASHIS, CRAFTS Y CHUMINADAS: En Michaels, Michaels y Michaels. Siempre Michaels. Querrás volver a NY sólo por pasarte horas buscando precios chollos en sus estanterías. Además, imparten talleres de scrapbook, cupcakes, joyería... por 17$.


7. VERANO (DE GRATIS) EN NY: Nueva York mola mazo porque lo raro no es que haya cosas gratis, sino justo lo contrario. Aunque el viaje no es barato y menos en verano, hay tantas actividades chulas gratis, que no te gastarás tus dólares en otra cosa que no sea comer. Lunes de cine al aire libre en Bryant Park, paseo en kayak por el Hudson River, concierto de Alicia Keys en Central Park, disfrutar de una puesta de sol sobre Manhattan desde el ferry de Staten Island, teatro en Battery Park... y todo todo, FREE!!


8. I  NY: Si el hombre de mi vida fuera ciudad, sería Nueva York. Con ella mantengo un amor platónico e intenso desde hace 11 años.  Nadie me ha dado tanto sin pedirme nada a cambio. Si quieres enamorarte de ella, planifícate, mira películas antes de ir, sueña con tu viaje, y cuando llegues, guárdate el mapa en el bolsillo y déjate atrapar por ella. Te aseguro no te habrás ido y ya la estarás echando de menos.


No sé ustedes, pero a mí me ha entrado ansia viva por volver a NY... igual me vuelvo loca y compro unos billetes. 
¡Pasen un cool y neoyorkino fin de semana!





Sombreros de verano

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Lo sé, el sombrero como complemento diario es un poco de vergüenza ajena, de "pero mira a ésa lo que lleva en el pelo", de ponerse uno en un arranque de valentía para acabar escondiéndolo en la guantera del coche nada más salir de casa. Yo misma el otro día me puse un turbante muy ufana para ir a hacer unas gestiones a Madrid, y nada más llegar al metro y sentir un montón de ojos clavados en mi cabeza, me lo quité sin mediar palabra. Para llevar un sombrero hace falta coraje y estilo, y muchas veces éstos flaquean en pro de la sencillez o el qué dirán.

Pero el verano es la excepción soleada, en la que lo mismo da si canotier, pamela, panama, turbante... se admiten todas las versiones y además, protegen del sol y sientan irresistiblemente bien.

Margo ♥  Gerry ♥  Nila
Ginnie Maddox ♥  Martina ♥  Villafranca
Santa Eulalia ♥  Chloe ♥  Sophie
Grace & Cary en el verano perfecto. 
La esencia del verano: barco, rayas, copa de vino y sombrero de paja. From Call me hats
Porque en la ciudad también es verano. From Stockholm Streetstyle

¿Por qué reservas las pamelas florales para las bodas? From Sea Life Style
Y además, protegen del sol... From Nothing less than perfect
Tardes de verano, tenemos el look perfecto. From Jesse Kamm
Pía y su canotier Ginnie Maddox aquí
Y además las fotos con sombrero salen mejor: subirás enteros en instagram!
Villafranca, Santa Eulalia o el canotier Ginnie Maddox.
¿con cuál se quedan? uno puede ser suyo aquí.



Súpernormal: estrenar bailarinas y volar

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Subir una foto a Instagram del único recodo del taller que está bonito. Estrenar una camisa, que tu hijo te haga una pedorreta y la pringue de papilla. Decirle a un cliente que te vas de viaje de negocios cuando en realidad vas a ver a la suegra. Practicar discursos de agradecimiento ante vente mil personas en la ducha. Conseguir ir a Pilates un día al mes y sentirte como Madonna. Hacerte una foto veinte veces para conseguir salir como una egoblogger decente. Comprar por internet en un arranque de locura y luego apagar el ordenador como si aquí no hubiera pasado nada. Estrenar zapatos y soñar que vuelas. La vida misma. Súper normal.

Y en medio de todo eso, una propuesta emocionante: diseñar unas bailarinas para Wonders Shoes. Pardon my friend, ¿pero esto no iba de vidas normales? Sí, pero la normalidad es lo que tiene: está llena de momentos estrella.

Una marca que celebra lo súpernormal mola. Y si encima sus bailarinas están "hechas en España con amor", envasadas al vacío y trabajadas por artesanos de la tierra, ya me enamora del todo. Porque en el fondo, todos somos muy normalitos, con nuestras cosas grandes y pequeñas. Y ya que toca bailar en esta verbena, mejor hacerlo con unos zapatos bonitos, ¿no?


Y aquí me tienen, feliz, nerviosa y maquinando mil posibilidades de calzado en mi cabeza. Recojo el testigo de otras mujeres súpernormales que se han sumado al proyecto Wonder: Miss at la playa, Las Manolitasdirectoras de Ong como la estadounidense Withney Dastrup o enamoradas de la moda como la italiana Elisabetta Marzetti.

Elisabetta Marzetti con sus Wonders
La semana que viene road trip a la fábrica Wonder para hacer realidad un sueño: las primeras bailarinas Lucía Be. A veces, los sueños se cumplen. Pueden tardar en cumplirse y además cuesta trabajo amasarlos. Pero son cosas de la vida súpernormal. Y además, si no costara esfuerzo, no sería mágico.

de momento, mis bailarinas en versión papel, aquí
Y ustedes, ¿alguna reivindicación #supernormal? 




Estrenar bailarinas y creer que vuelas...
¡Sean felices, y pieses a volar1

For me formidable

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El mail decía así: "Resulta que soy una novia un poco atípica. No voy muy de novia y encima tengo pelo cortito (a pesar del disgusto de mi madre). Voy vestida con una falda larga y una blusita con lazada. Además llevo un fajín negro, así que creo que tu canotier me puede quedar bien. Me gustaría añadirle una redecilla negra (pero que luego se pueda quitar fácil para aprovechar el canotier). ¿Qué te parece?". Lo que me parecía es que aquella chica, Pilar, tenía agallas. 

Tenía mucha, mucha curiosidad por saber que había sido de Pilar, de su canotier y de su vestido con lazada negra. Así que cuando me envió las fotos después de su boda, me puse muy contenta. No sólo estaba guapísima, sino que aquellas imágenes me hicieron llorar. Puede que esté sensible, pero en todas aquellas fotos se notaba amor de verdad, ganas de estar juntos, emoción de la buena y aventura

"Estábamos muy emocionados, y cuando nos vimos lloramos tanto que nos abrazamos y la gente empezó a aplaudir. Fue lo mejor de la boda. Me encanta la foto del abrazo. Fue todo fantástico". Eso es más importante que todos los bonitismos juntos.

Pero empecemos por el principio: París, El dorado. Allí, solos, en el jardín y con un frío que pela, Carlos le pide a Pilar pasar el resto de su vida juntos. Ella por supuesto dice oui. Y así, comienza todo el lío de preparativos. "Empecé a mirar revistas y no encontraba nada, pero en un Vogue vi una chica con una blusa con lazada y me encantó. En un principio iba a ser todo blanco pero cuando vi una foto de la chica de Olivia Jabones de Cuidadocon tu canotier me enamoré. Ya había visto alguna novia con canotier pero todos blancos. Y como soy medio raruna me dije: ¡¡¡en negro y a lo loco, ala!!!".

Todas las novias construyen su imagen de un modo similar, y entre recortes de revistas, mails, y fotos, Pilar se convirtió en una novia especial, que además era ella misma. 

El resto de aquel día lo cuentan las fotos de Cecilia Álvarez Hevia, una fotógrafa a la que les recomiendo que sigan la pista. Ella me ha chivado muchos detalles de aquel día, como que no bailaron vals, sino For Me Formidable de Charles Aznavour, y que además lo hicieron formidablemente bien. 
































♥   Falda: Colour Nude 
♥   Blusa y fajín: se lo hizo una costurera de toda la vida ♥   
♥   Alianza: Oui de Dior ♥   
♥   Labiales: Olivia Soaps 
 ♥   Chapas: Mr Wonderful 
 ♥   Celebración: Gran Hotel de Ribadesella 
♥   Organización & Deco: Con imaginación 


Ojalá sigan bailando cada día esta canción...


Sobrevivir un lunes de julio

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Empieza una época chunga. Miles de pieses con pedicura perfecta asomando a la piscina nos acosan por instagram, las fotos de perfil de facebook se convierten en estampas playeras enseñando ombligo y la musiquita de ese anuncio que tanto mal ha hecho se repite a todas horas. El peligro de la autocompasión es inminente cuando una confunde el calor veraniego con el que sale del ordenador tras una semana encendido. Pero no hay dolor, queridos. He decidido aplicarme para pasar un verano digno y he aquí mis ideas para sobrevivir a un lunes torrante de julio.

- Tomar el sol es malo, se te queda la cara hecha una pasa, es aburrido... pero ¿y lo bien que sienta ese dorado tostado al cuerpo? No hay excusas para parecer un queso fresco, el mito del autobronceador naranja da paso a cremitas que nos dejan la piel como si hubiéramos pasado diez días en Formentera. ¿no se lo creen? click aquí. Y oigan, tener buen color levanta el ánimo a cualquiera.


- Internet. Esa gran avenida llena de tiendas increíbles... ¡y de rebajas! En vez de cotillear las fotos que acaba de subir la vecina de su viaje a Benidorm, inviertan en su armario. Antes de lanzarse, consulten con los expertos. En mi tienda online esta semana con cada sombrero regalamos un capazo de Real Fábrica, por sugerir que no quede. Y ya saben: click, y aquí no ha pasado nada...


- Desenchufen. 24 horas sin redes sociales. Para saborear mejor ese vermú sin el ansia de tener que hacerle una foto para filtrearla en instagram y que todos se enteren. Total, nadie les va a echar de menos.


- El gimnasio da pereza y huele raro. Pero... ¿qué tal unos largos? el remedio perfecto para la chepa del trabajador y lucir unas piernas decentes. Decía Esther Williams que la felicidad es un día cálido y soleado en la piscina, así que busquen la suya y a nadar. Aunque sean 30 minutos. De paso, pueden hacer su aportación a la saga fotográfica de pieses al borde del agua. Pedicura mediante, claro.


- Lo que los modernos llaman after work, se convierte en verano en las clásicas terrazas. Se lo digo siempre: a las ocho apaguen ordenador. Si es antes, mejor. The Patio en Madrid, La más bonita en Valencia... y yo el bareto del pueblo. Todos unidos por una copichuela.


A ver si logro poner algo en práctica. Les cuento en breve. 
¡Sean felices!


Cebollas, cestos y sombreros

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El otro día me preguntaron que a qué olía el campo. Primero pensé en lavanda. Pero no. El campo ahora mismo huele a cebolla. Existe un halo bucólico alrededor de mi vida campestre, pero hay muchas cosas, como el olor de las cebollas reconcentradas de mi huerto, que no son nada románticas, y quizás es mejor no traspasen la pantalla. Que la verdad, bien mirado, lo mismo me sale más a cuenta montar un huerto de cebollas online, que ahora mismo tengo la casa llena. Mermelada de cebolla, cebolla confitada, cebollitas con washi tape y con unos ojos pintados... 

De momento el negocio va por otros derroteros (que todo se andará) y esta semana nos hemos unido con otra marca también muy campestre y hecha en España: Real Fábrica. Rocío se ha recorrido el país en busca de tesoros llenos de historia y fabricados por los artesanos de verdad. Y entre esos tesoros, se encuentran unos cestos de palma elaborados en Andalucía. Fue verlos y llamar a Rocío para que me enviara una buena remesa.

Aquí la tenemos, lista para albergar los sombreros de verano: Ginnie Maddox, Villafranca, Santa Eulalia, Gerry, Sophie, Nila, Margo... Si piden uno en la tienda online, les llegará en un precioso capazo perfecto para bajar a la playa, pasear por la ciudad o para llenarlo de cosas bonitas y crear una cesta de regalo.

Este lunes empezaron a salir los primeros cestos, así que dénse prisa... ¡porque vuelan! Dentro va un trocito de mi vida en el campo. Pero no, de momento, no les meteré cebollas.







¡Sean felices! Yo ayer me hice caso,
y me eché unos cuantos largos.


Una boda bonita

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A veces, no hacen falta banderines ni pompones ni balas de paja. No hace falta salir en un blog ni un montón de rincones llenos de peonías. A veces no hace falta mucho más, porque con sólo dos basta. Pilar y David no necesitaban más.

Se casaron en Madrid hace poco más de un mes, y Pilar me pidió un accesorio bonito para llevar en el pelo. Después de hablar con ella y ver su vestido, lo tuvimos claro las dos: una tiara de semillas sobre el recogido para la ceremonia, y después, para bailar, lo mejor era soltarse la melena con una corona de flores.

Hace unos días me envió las fotos y tenía ganas de compartirlas. No sólo porque se la ve feliz y preciosa, sino por cómo me contaba los preparativos de su boda: "si fuera por él habríamos celebrado la boda al día siguiente de pedírmelo en un Rodilla".

La idea del Rodilla no cuajó, pero sí tenían claro que no querían complicarse mucho la vida con los preparativos. "Hoy en día en el mundo de las bodas se te puede ir la cabeza fácilmente y puedes perder el norte de qué es lo realmente importante", me contaba Pilar, "queríamos organizar una boda sencilla y cuidada pero sobria, sin complicarnos y sobre todo muy centrada en lo más importante para nosotros: la ceremonia".

El resto, fue todo más o menos fácil... 

"El vestido lo hice en Isabel Leguina. Me rechifló desde el primer instante y me sorpredió. Sé lo que no me gusta y lo que no quería pero no tenía claro qué era exactamente lo que quería: algo sencillo, cómodo y elegante. Algo clásico sin ser ñoño ni aburrido y romático a la vez. Ir muy yo, muy natural. El resultado fue para mi increíble. Me da una pena enorme no volver a ponérmelo. ¡Estoy por transformarlo en un vestido de noche de verdad!"

"El peinado fue el único punto que me trajo un poco loca... Elegí Cheska un lugar al que voy para ocasiones muy especiales y siempre salgo encantada. Decidí un moño twisteado y de estilo romántico que inventamos entre Nati y yo y que luego remataron Cheska y María. Iba rematado con un tocadito monísimo de Lucía Be que diseñamos entre las dos.  ¡Muy divertido! Pero lo mejor fue que me peinaron de tal manera que iba muy cómoda y me podía quitar luego yo el moño para lucir mi corona rosas y paniculata de Lucía Be para el baile. Quería llevar corona de flores sí o sí y fue un acierto. ¡¡Me encantó!!"

"Otro de los grandes aciertos fue contar con Verderón. Realmente ha sido una suerte conocer a Macarena, una sus socias. Además de aconsejarme y ayudarme con un montón de cosas tuve la suerte y acierto enorme de encargarles mi ramo. Quería algo sencillo y discreto pero distinto. Que tuviera ese aire romántico de mi vestido y algo muy especial (porque tenía claro que luego se lo regalaría a mi hermana pequeña; Teresa). Le pusimos una pulsera mía que solía llevar con la Virgen del Pilar y quedó de lo más bonito. Fue un regalo de mis amigas por lo que todo tenía significado y eso me encanta para este día".








Gracias Pilar por contar conmigo. 
Y ustedes... ¡sean felices!


Señores, ¡¡nos vamos de vacaciones!!

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Desde hace algún tiempo, albergo la sospecha de que padezco algún tipo de alzheimer. Se me olvidan las palabras y me paso el día como las abuelas de mi pueblo, intentando averiguar el nombre de aquel actor que salía en aquella película o cómo narices se llama ese producto que deja los baños requetebién. El amore, tan listo él, ha zanjado el tema: "lo que pasa es que tienes el cerebro oxidado de tanto sombrero, tanto internet y tanta gaita".

No le falta razón. Hace tiempo que me he mimetizado con mi ordenador: estamos los dos recalentados, lentos, obsoletos y faltos de batería. Yo diría que hasta enfadados con la vida, muy en modo víctimas del destino. Y qué quieren que les diga: pues que como dicen los gurús del karma, aquí los problemas y obligaciones se los impone uno mismo. Así que este verano, por primera vez en mucho tiempo, he decidido tomarme un descanso. 

Cierro chiringo. Así, como suena. Ni instagram, ni facebook, ni twitter ni blog ni milongas de la China. Necesito jugar con paxarito que ya no se acuerda de mi cara, irme de copichuelas con el amore, leer muchos libros y revistas del corazón, ponerme guapa y no coger el móvil cada vez que voy al baño para ver las últimas actualizaciones o los likes que generan mis uñitas de los pies al borde de la piscina hinchable.

Tan tópica como la operación salida de los telediarios: del 1 al 31 de agosto cerramos por vacaciones¡Yepaaaaa! No me busquen, porque a no ser que me encuentre a Dustin Hoffman en la playa no pienso decir ni pío. Y ni por ésas. Total, tampoco me van a echar de menos. Y además, en septiembre volveré con bríos renovados a llenar sus vidas de sombreros, dibujos, historias y cosas bonitas.




Nos vemos a la vuelta.
Ya saben, ¡sean felices!


Emprender

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... Un viaje, una aventura, un rumbo diferente o el nuevo curso. No hace falta lanzar un negocio para ser un emprendedor. Y hoy, primer lunes de septiembre, todos lo somos un poco.

Me despedí hace cosa de un mes con la promesa de no tocar el móvil ni mirar internet ni redes varias. Y oigan, quién lo iba a decir, más o menos lo he ido consiguiendo. Así estamos ahora, con un jet lag tecnológico que me ha tenido una semana en vilo. Porque claro, ¿cuando uno cierra la boca qué pasa? pues que se le acumulan las cosas que contar. Y es que yo, ya saben, siempre he sido muy bocazas. 

Si empiezo no acabo: nos fuimos a la playa y en un apartamento de treinta metros cuadrados diseñé las bailarinas más preciosas del otoño, aprovechando dos rayitas de wifi que le pillé al vecino contesté un montón de mails de novias locas que con fecha de boda en septiembre estaban sin tocado (sí, nenas, me refiero a vosotras), empecé el famoso libro de la famosa Joy, pero mi padre me lo robó en la tercera página y ahora quiere ser blogger, luego nos fuimos al norte con los suegros y desde su sótano dibujé la portada del nuevo número de Mi boda Rocks, y aprovechando que teníamos canguro gratis, el amore y yo nos pulimos los catálogos de Ikea una noche de copas y al volver hemos montado la nueva oficina de Lucía Be, campestre y cosmopolita a partes iguales. 

Eso sin contar que una noche me dio por rediseñar el blog de arriba a abajo, y luego me peleé con la imprenta para que tuvieran la papelería de una boda a punto, diseñé unos salvamanteles y un día en la piscina planifiqué una colección de tocados para el frío que viene.






No se me agobien. Entre medias me ha dado tiempo a vivir mi añorada slow life con el amore y paxarito. Pero ya saben, esto de emprender es lo que tiene, que una no para. Ahora que he vuelto y tengo tantas milongas que contar, qué me dicen... 

¿emprendemos juntos?




Basado en hechos reales

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Lo que voy a contarles hoy es verdad y prometo que pasó tal y como lo cuento. Les pongo en antecedentes: me invitan a una casa en La Moraleja, un tipo celebra una cena especial y quiere montar una decoración diferente. Se ha enterado de que hago tocados y... oh! what idea! se le ocurre llenar su salón con mis creaciones. 

Imagínense mis ojos echando chispas de ambición, fantaseando con un montón de señoras de alta alcurnia peleando por mis tocados. Así me pasé varias noches mientras trabajaba como una posesa poniendo precios, cosiendo y haciendo los sombreros más finos de todo el planeta.  

Hasta que llegué. Ahí se acabó mi american dream. Aquello estaba lleno personas cuya media de edad rondaba los setenta años. Unos camareros de blanco se afanaban en rellenar copas rebosantes de Margaritas y daikiris. En la esquina, varias botellas de Moët&Chandon. Ellas vestidas de Roberto Verino, mucho Loewe y Naulover. Ellos con chinos XXL y camisa Ralph Lauren. No hacía falta ser un lince para percatarse de que aquél no era mi público. 

No crean que me achanté. Ahí que me puse a plantar tocados y pamelas por todas partes. Y entre daikiri y copa de champán, los invitados se iban acercando: "¿los haces tú? ¡qué bonitos!", "¿Qué estudias?", "¡Qué mona! ¿Cuántos años tienes?"... Yo repetía a todo el mundo lo de que estoy casada y tengo un hijo, que da mucho caché, pero ni por esas. Y lo peor era explicar lo de Internet. Imposible que entendieran que mi tienda era online, y es que pobres, no me las imagino dándole al click para comprar alguno de mis turbantes...

No es que fuera una mala noche, ¡qué va! Hice buenos amigos, me bebí mis margaritas, probé un foie delicioso, conseguí que un banquero jubilado se probara a Ginnie Maddox, y tuve una conversación interesante sobre moda y decoración con dos señoras hasta las tantas. Pero no fue precisamente una noche de negocios. Cuando estaba recogiendo el chiringo se acercaron un par de invitadas con las pamelas más grandes. "Te las compramos". Sé que fue por caridad y en otra ocasión no hubiera aceptado el trueque, pero se las cobré muy digna y salí pitando cargada de cajas.

¿Por qué les cuento todo este rollo? Para que aprendan. Muchas veces nos surgen ocasiones que a priori parecen interesantes o una gran oportunidad, y hay que aprender a discernir las buenas de las que no lo son. Como emprendedora, he asistido a mercadillos, ferias y saraos que me han tenido en vilo mucho tiempo para no sacar beneficio. Eso es perder el tiempo, señores. Y aquí estamos para llegar a fin de mes.

A veces, nos dejamos llevar por películas que nos montamos en la cabeza (sí, lo visualizo, me lo van a quitar todo de las manos!!), pero hay que poner distancia y tener claro:

 Cuál es mi público

 Cuál ha de ser mi beneficio para que me salga rentable (no tiene por qué ser económico, pueden ser contactos, publicidad... pero tiene que compensar).

 Establecer cuánto vale la hora de trabajo (¿que no lo saben? ¡¡¡¡CLICK AQUÍ!!!!!)

Al principio uno comete muchos errores. Que sí, que mucha margarita y mucho foie, pero mejor con amigos y no después de tres días sin dormir por hacer un montón de tocados que me traje a casa de vuelta. Todo tiene su parte buena, pero empieza un nuevo curso, y hay que estar preparados.




¡¡Sean felices!!

Septiembre, el nuevo mayo

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Dicen por ahí que septiembre es mes de divorcios y separaciones. Y yo me acuerdo del photocall, de las fotos soleadas, el solomillo, las trenzas y las peonías... que sin amor, acaban así, en la mesa del juez de turno que acaba de volver de vacaciones.

Amor, más allá del sí quiero con un viaje de novios a Bali a la vuelta de la esquina. Cuando no apetece, cuando es tarde, cuando hay que fregar los baños o se está cansado... amor donde no hay amor, y saldrán ganando.

Septiembre también es el nuevo mayo. Mes nuevas aventuras y nuevos sí quieros. No sólo los jueces tienen trabajo, sé de muchos wedding planners, diseñadores, jaboneros, fotógrafos y demás artistas que andan hasta arriba. Yo misma tengo la agenda que echa humo en septiembre, entre lavandas, coronas, tarjetas y velos de plumetti.

Habría que rebuscar en el INE si ganan las demandas por divorcio o las bodas, pero seguro que el amor, al final, siempre gana. 

  ♥   Les dejo con mis novias de verano 






¡Perros elegantes con pajaritas Lucía Be!
¡¡Sean felices!!

De mudanza

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Ayer por la tarde me encontré a Pablo alicaído. Le pregunté, y me dijo que estaba de mudanza. Pensé que se cambiaba de casa, pero no: "Yo sigo en mi casa, como siempre, pero tengo el corazón mudado, como el cielo, que está entre nubes y sol, entre frío y calor, de mudanza".

Saqué mi cuaderno y me estuvo explicando, que cuando el cielo cambia, nosotros cambiamos con él. "Yo estoy así como tontuso, cansado... tú me entiendes", me decía. Y así puse palabras al estado fronterizo de septiembre, en el que una nunca sabe qué ponerse e intenta organizar el nuevo curso mientras se entretiene con las fotos del pasado agosto. 

Me gusta pensar que el campo siempre tiene una explicación y que nuestro corazón, sin saberlo, está tan cerca del cielo.



Tatuajes, champán y zapatos bonitos

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A veces fantaseo con la idea de tatuarme un lazo en la muñeca. He estado a punto muchas veces, pero luego me puede el amore, que si lo hago amenaza con plantarse un arete en la oreja. No por venganza, sino porque le gusta. Así de macarra puede llegar a ser a veces. 

Y es que los tatuajes tiene ese punto mágico y nervioso del "para siempre", por eso es difícil dar el paso. Mi hermana se tatuó unas palmeras enormes en la barriga y lo llevó meses en silencio. Hasta que un día, en un bostezo mañanero, se estiró más de lo previsto y mi madre se percató del cuadro fatal. Desde entonces, mi hermana procura taparse bien la pancha y mi madre rabia imaginándosela de vieja con esas palmeras "de moderna" tatuadas bajo el pecho. 

Visto el percal, de momento me tiro a las calcomanías. Así que cuando me llamaron de Wonders para contarme que esta noche organizan un artwork de tattoos efímeros, me lo apunté en rojo en la agenda para poder ir. Tatuajes de mentiras, champán y zapatos bonitos. Y de paso, faranduleo por la Vogue Fashion's Night Out... ¡¡necesito un canguro para paxarito!!

La vida de madre emprendedora en un pueblo perdido es complicada, así que si no lo arreglo, siempre me quedarán los descuentos de tiendas online que participan en el evento de marras. Pero si están por allí, por favor, pasen y cálquense unas preciosas flores o unos peces voladores (y de paso me guardan unos para mí). 

Además, pueden fichar la nueva colección de Wonders, que no es por nada, pero tiene unos botines muy muy cañeros (¡recuerden que en breve saldrán mis bailarinas!). Yo mientras, igual me pillo este flamenco de Tattoonies al que le he echado el ojo.


Mi tatuaje (con pilot, claro). Si me animo... llamaré a La Dolores.
A riesgo de que me mate el amore, aquí paxarito con su tatuaje de Tattuum.

El tatu de Wonders más bonito, ¿se lo imaginan en la nuca?

♥    Yacaré - C/Ayala, 23 
12 Septiembre, de 20 a 00h.

Compras de otoño

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Entre las pasarelas y el cambio climático tengo mi armario hecho un jaleo. El otoño no acaba de cuajar y a pesar de rozar ya el 21 de septiembre aquí seguimos con camiseta de tirantes y sin atreverme a guardar los vestiditos de agosto. Si a eso le añadimos que estamos en época de presentaciones de lo que se llevará la primavera que viene, el lío ya es monumental y una no sabe ya en qué estación vivimos.

En estos casos, yo me aferro al otoño que tiene que llegar, al frío de mis jerseys gorditos. Y así, centrada en el presente de eso tan prolijo de las tendencias y la moda en general, estudio como cada año lo que se llevará esta temporada. Las siluetas de los cincuenta, los abrigos grandes, el estampado tartán que lleva dando vueltas varios años, las botas que se quedan, los pantalones sastre y los jerseys de punto...

Más allá de tendencias, hay desfilesbonitos de los que te llevarías casi toda la colección. Y como compradora sentada en primera fila del front row, he cogido varias prendas para mis chicas Lucía Be. Ya que no puedo comprar para mí (que todo llegará) al menos lo hago para mis alter ego, esas mujeres que, ya saben, se ponen un vestido de Valentino para ir a un cóctel y al llegar a casa friegan los platos de la cena con lavavajillas del Carrefour.



Y ustedes, ¿qué eligen para esta temporada?

La boda de Ana

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Ana y yo nos conocimos en la cafetería del hospital. Ella quería quedar para hablar de su tocado de novia, y yo tenía que llevar a paxarito al cardiólogo. Así que unimos agendas, y allí, entre médicos y el biberón, nos hicimos amigas. Digo amigas y eso que sólo nos hemos visto un par de veces, pero es que es imposible no querer a alguien que se ríe con los ojos y te hace cómplice en cuanto te ve. 

Yo daba de merendar al por entonces enano paxarito, y mientras ella me contaba cómo le pidió a su novio que se casara con ella ("el pobre no tuvo más remedio que decirme que sí", me decía, ¿a que es imposible no quererla?), que era diseñadora y tenía un pequeño taller con una amiga donde hacían vestidos especiales, y que de hecho estaban confeccionando juntas su vestido de novia. Hablamos de moda, de vestidos, de telas, de blogs, de bebés, de emprender... 

Hablamos de su vestido, de estética romántica de principios de siglo y un punto actual. Un vestido caramelo, con frunces en la parte de atrás que recordaban al polisón del siglo XIX, tela de tul de algodón y tiras bordadas y puntillas cosidas a mano por todo el cuerpo.

Y también hablamos de su canotier con plumetti y flores empolvadas, y de la corona de flores azules que quería ponerse para el baile. Hay encargos que hacen especial ilusión, y éste ha sido uno de ellos. 

Les contaré más cosas de Ana y sus vestidos maravillosos. De su pequeño taller que ya está en marcha. De su bonita marca que en breve echará a andar. Pero de momento, les dejo con las fotos de su boda, con su vestido caramelo y su canotier. Espero que les gusten tanto como a mí.











 

Tres looks y un vestido

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Lo fácil es tirar de Zara o la tienda que le pille a una cerca. Pero desde que estoy metida en esto de emprender, siempre que puedo intento buscar prendas especiales y hechas por gente que, como yo, intenta salir adelante haciendo lo que le gusta. Marcas con una historia bonita detrás. He descubierto cosas preciosas y siempre saco la experiencia de que vale la pena invertir un poco de tiempo y quizás algo de dinero, porque a la larga sale muy rentable.

Les pondré un ejemplo: el vestido que llevé al picnic que monté hace unos meses. Yo quería ponerme algo muy especial, campestre y hecho a mano por gente como yo. Estuve trasteando un poco en internet hasta que descubrí Kolonaki: una marca pequeñita y con rasgos muy parecidos a los de Lucía Be. Vestidos femeninos, delicados y con una inspiración muy campestre.

Como emocionada de la vida que soy, me quería llevar todos los vestidos a casa. Es lo que tiene internet, al no poder probarse los modelos, la duda acecha. Así que escribí a sus creadoras, Paloma y Teresa, para contarles un poco mi indecisión. Su respuesta fue práctica y decisiva: "el modelo Le petticoat es perfecto para ti".


Y efectivamente, al llegar a casa y probármelo, supe que tenían razón. Ligero, diferente y además muy muy favorecedor. Me sentía una suerte de Marianne Dashwood con un toque sexy, perfecto para mi fiesta en el campo. Me puse unas bailarinas, el sombrero Margo, pelo suelto... y estuve todo el día con él, comodísima y ligera, sentándome en la hierba, jugando con los perros, probando sombreros a todo el mundo y yendo de aquí para allá.




Al llegar a casa, lo metí en la lavadora... ¡y salió perfecto! no hizo falta ni plancharlo. Así que como tenía boda el sábado siguiente, repetí modelo. Esta vez con trenzas en el pelo, corona de flores y stilettos. Estuve bailando toda la noche, y salvo una señora que a la salida de la iglesia me dijo que le había quitado la devoción con mis flores, el look fue todo éxito.


Este sábado tuve una boda en un pueblo perdido de Albacete y me volví a enfundar en mi Petticoat. Esta vez, coleta alta y una diadema con pompones de muselina y velo cubriendo la cara. El resultado, por tercera vez, perfecto. Aunque por esos lares no entienden muy bien lo del velo en la cara, y tuve a la parentela de la novia toda la noche dándome la murga para que me quitara de una vez "esa mosquitera" de la cara. 


Voy a darle un merecido descanso a mi vestido, pero ya estoy pensando nuevos usos. Tras un tercer programa en la lavadora, sigue tan bonito como el primer día, así que seguiré dando guerra con él. Y por supuesto, ya estoy pensando también en los nuevos vestidos de Kolonaki que van a sacar, ya que tengo dos bodas fetén en 2014 y quiero estar diferente y reguapa. De momento ahora tienen la colección de primavera verano al 50%, y... yo no digo nada... 


¡Sean felices!

Todas somos bonitas

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Hay gente que tiene don para vestirse y otros no tanto. Eso es así. Mi hermana Lola, por ejemplo, es de esas personas que hasta recién levantada con su camisón de hace mil años y sus leotardos del mercadillo, destila ese nosequé llámenlo charme, estilo, clase o elegancia innata. Yo me puedo poner lo mismo, pero no.

En casos como el mío, que no, lo suyo es pulir. Conocerse e ir aprendiendo a base de una trayectoria de ensayos en los que priman los errores y algún acierto glorioso. No es cosa de deleitarles a base de mis errores, son episodios que siguen ocasionándome cierta vergüencita. Y eso sin contar la época camisa de pana + vaquero con la que me estrené en el prolijo mundo de las discotecas. Lo reconozco, yo me pedía un blue tropic en la barra con mis mofletes cargados de purpurina de los chinos y mi camisa de Zara tres tallas más grandes (por entonces el concepto moda de Amancio estaba un poco difuso) y me sentía la mismísima reencarnación de Kelly en Salvados por la campana. Pero no.

De los errores se aprende es algo que he asimilado a fuego. Pero también se aprende de leer, de mirar, de entrenar... Nunca habré sido la más elegante, pero llevo comprando revistas de moda desde los 13 años. Y eso, queridos, es un master en estilismo que tiene que dar sus frutos. 

Si a eso le añaden tres años en una revista de moda entrevistando a diseñadores y viendo desfiles sin parar, amigas estilistas, presentaciones y fiestas, un montón de compras fallidas y otros tantos cambios de armario, creo que estoy en una posición privilegiada para darles un par de consejos, que para mí, son el comienzo del éxito.

 Compren poco, pero bien. Eso de ir a Primark y volver a casa cargada como una mula no ayudará a que vaya usted más guapa. Piensen lo que necesitan con cabeza e inviertan todo eso que iban a comprarse en una sola pieza (ya sea un bolso, unos buenos zapatos, un jersey...). Como me decía una vez la diseñadora Marta de Diego en su atelier de Valencia: "irás casi siempre igual vestida, pero la gente se acordará de ti".


 El armario perfectamente ordenado. A mí me cuesta, y si no que se lo digan al amore. Pero la mejor inversión es un armario donde todo tenga su sitio y no deje lugar al "qué me pongo". Yo añado un par de folios pegados en la puerta en los que tengo todos los looks dibujados. Son pocos, pero si falla la imaginación, no tengo más que mirar. Lo decía Gwineth Paltrow en un Vogue de hace varios años: "la mejor boutique es tu armario". 

Disponible aquí
Les dije dos, y en dos me quedo. Pero si quieren explorar en la materia, un consejo: no dejen de visitar el blog de Andrea Amoretti. Me hice adicta en cuanto lo descubrí y a ella le "robé" esa pista de estilo que tanto me gusta: 

"déjate aconsejar por una mujer que te conozca 
y un hombre importante en tu vida"

Lo intento siempre, y para que no se me olvide, lo plasmé en una lámina que tengo colgada en mi dormitorio.

Disponible aquí
A ella le dedico este post porque hoy, al leerla, me he emocionado. Y porque además, ella siempre ha creído que todas somos "chicas bonitas" y no ceja en su empeño de recordárnoslo.


¡Sean felices, bonicos!

Al final, siempre llega el viernes

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Desde hace varios meses, todos los viernes publico alguna tontada en instagram, facebook y twitterUn día se me ocurrió dibujar a una chica, copa en la mano, ordenando al personal apagar sus ordenadores para irse a tomar algo. ¡Que es viernes!, decía la susodicha. El mensaje de marras se ha convertido en costumbre y desde entonces me devano los sesos cada semana para celebrar el viernes como toca.

Esta mañana iba en el coche pensando qué gracia soltar esta vez, cuando me di cuenta de que hay un montón de gente a la que, en realidad, le da lo mismo que sea lunes, que viernes, miércoles o fin de semana. Pensé en todos mis amigos que andan sin trabajo, que preferirán mil veces un lunes con trabajo que todos los viernes del mundo. En ese 26,30% de paro, formado por un porrón de personas a las que mis mensajitos festeros les deben de interesar cuatro pimientos.

Que la vida es una fiesta ya me encargo yo de recordarlo cuando puedo, pero también es cierto de que a veces se vuelve fea, fea de narices. Yo no es que haya tenido una existencia excesivamente complicada, pero he tenido mis momentos, y oigan, se pasa mal.

Sea lo que sea, mi experiencia es que, al final, sale el sol. Como el viernes, que al final, siempre y con total certeza, acabará llegando. A pesar de lunes sin trabajo o sin ganas. A pesar de todo, al final del camino, siempre nos espera el viernes. 









Ése es mi mensaje de hoy. Y bueno, pues si se toman una copichuela para celebrar que llega el fin de semana... pues también estaría bien. ¡Sean felices!
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