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Channel: Lucía Be
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Noches de verbena

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  Y así todas las noches ♥ 


Medalla de bronce

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Paxarito ha acabado el curso y la guardería para celebrarlo ha organizado unas mini olimpiadas. Es emocionante ver desfilar a sesenta enanos al son de la banda sonora de Carros de fuego. Que yo, extremadamente sensible a este tipo de eventos, llore emocionada, es muy normal, pero hasta el amore soltó un par de lágrimas agarrado a su pequeño atleta.

La prueba final consistía en una gran carrera multitudinaria de padres e hijos. Cedí el honor al padre porque mis lorzas de recién parida y Juan amorrado al pecho no quedarían bien en la foto final. Paxarito no es especialmente rápido y el amore tampoco, pero sí especialmente guapos. 

Suena el aviso y empieza la carrera, y como suponía, mi pareja ganadora no es ni de lejos la más veloz. Pero reparo en algo curioso: Paxarito no mira al frente, a la meta, es más ni siquiera mira al suelo para no caerse. Solo mira feliz y sonriente hacia arriba, a su padre. Y cuando llegan los dos al final, se gira hacia atrás y con esa manera tan suya de señalar grita exultante: "Hugooooooo!" 

Hugo es su mejor amigo y venía de la mano de su abuela. A los dos les quedaba aún un buen trecho para terminar.

En ese momento pienso que quizás en esta carrera todo consista en eso, en mirar hacia arriba, a quien te quiere, y pararse a ver quién viene detrás. Aunque no ganemos ni la medalla de bronce.


Escapadas imaginarias

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Coger el coche y perderse entre las montañas. Antes lo hacíamos cada tarde de verano, ahora echo de menos esa libertad de cuando no había paxaritos ni pañales y sólo había que cruzar la puerta para desconectar. Si pudiera, ahora mismo me iba a ver a Esther a su pequeña tienda gourmet en la Vall d'Albaida. Ella me pondría un Malavida o un gin tonic con Ginself, y hablaríamos horas ante un bol de las patatas fritas más ricas, que solo las he probado en su barra. Vale la pena ir a L'Exquisit sólo para pedirle un paquete de patatas, y un vino, cualquiera, de su carta. 

No sólo patatas y vino (que luego me acusan a mi de borracha): para comer, El Calero, en Albaida, donde el padre de Esther hace la mejor paella del mundo. Y para dormir y relajarse, en Salem está la Granja de San Miguel, una granja preciosa en medio del campo con casa rural, spa y una piscina con la que sueño desde hace meses.

La tienda de Esther: L'Exquisit
Veladas en L'Exquisit
Granja de San Miguel
Ya que estamos de escapada imaginaria, pregunto a Susana, de Vuelo Directo, dónde ir. Su blog es click seguro cuando busco lugares donde perderme, lleno de rutas y lugares que ella misma descubre en su cuaderno de viajes. Me contesta un mail con dos destinos: 

"Ravello, en la Costa Amalfitana, donde Villa Cimbrione y Villa Rufolo son visitas obligadas. En la primera, elegantes bustos y estatuas de inspiración clásica contemplan junto con el visitante el intenso mar azul casi a vista de pájaro, mientras que en la segunda destacan además los bellos y ordenados jardines, escenario perfecto para los conciertos al aire libre que allí se celebran por la noche.


O el Valle del Duero portugués, con sus quintas en otro tiempo bodegas hoy reconvertidas en acogedores hoteles boutique con espectaculares vistas al río y a los rabelos que lo recorren. Barcos de madera llenos de encanto que antes transportaban barricas de vino a Oporto y que ahora pasean a relajados viajeros, que contemplan entusiasmados los viñedos en terraza, mientras se protegen del sol con un precioso canotier".


Susana & Ginnie Maddox en Quinta Nova Nossa Senhora do Carmo
Villa Cimbrione, Ravello.

Vuelvo a España con parada en La Casa Amarilla, una casa rural en Pardavé de Torío de la que llevaba tiempo queriéndoles hablar. Loreto me escribió hace casi dos años para encargarme su identidad corporativa y desde entonces nos hemos cruzado mails como si fuéramos amigas de la infancia austeniana: "Pardavé es el pueblo de  mi padre y para nosotras el lugar de veranos eternos y felices con primas, tías, abuelos, vecinas... mi hermana y yo tenemos nuestros trabajos urbanitas y aunque parecemos chicas de tacón y  asfalto, la realidad es que somos Heidis en el exilio. Nuestros genes campesinos son muy fuertes"    

La historia: en 2006, Loreto se empeña en comprar la casa color amarilo construida en la finca de su bisabuela Lucía. "La casa estaba hecha un cisco. Como no podíamos contratar un batallón de obreros y decoradores, poco a poco esclavizamos a nuestros padres y a todo el que se ponía a tiro y la fuimos adecentando (en ello seguimos…). El primer verano se nos resquebrajaron las manos de tanto lijar y limpiar", me cuenta.

Heidi en el exilio o Escarlata en el siglo XXI: "Nos sentimos las depositarias de un trozo de mundo que generaciones anteriores han conservado. Es nuestra tierra roja de Tara, un sitio al que volver, que nunca cambia, te espera". Allí han establecido un sitio casi mágico, donde no hay guerras de bolas de pintura ni tiro con arco, sino paseos, baños en el río y embutido del bueno. Ah, y miel. Miel que producen sus propias abejas y que ellos distribuyen a muy pequeña escala. Un secreto: regalan siempre un bote a todo el que va a visitarles, ¡y está deliciosa! 




Y ya que estamos, acabo a lo grande con uno de esos viajes que organiza el fotógrafo Álvaro Sanz. Eslovenia: Cámara, montañas y aguas cristalinas color turquesa, ¿se les ocurre algo mejor?



Ey, pero y lo que refresca la piscinita hinchable 
que hemos montado en la terraza...

Madres bonitas

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Un día te das cuenta de que llevas un mes con el mismo vestido que compraste en las rebajas de H&M hace cuatro años. Y de que tienes los cristales de las gafas rayados, y las patillas tan abiertas que cada vez que te agachas se caen de un lado. De que no has estrenado el rímel nuevo que te regalaron cuando cumpliste los treinta, y en tu armario se mezclan jerseys con vaqueros y bufandas y vestidos veraniegos que no te valen, así todo junto y sin planchar.

Y entonces te das cuenta de que tienes que parar. Intentar rascar unos minutos al día, recoger tus trocitos que se han ido quedando en el ordenador, en las noches sin dormir, en el carrito de la compra, la lavadora, en los viajes presurosos a la guardería... Pintamos vidas bonitas a través de nuestro mundo en redes sociales, pero ¿qué hay del nuestro? También nuestro instagram real necesita piestureo, labios rojos y algo de tacones.

Haz un esfuerzo. Píntate las uñas de los pies, aunque sean las once de la noche. Y en vez de tragarte cualquier programa por puro agotamiento, apaga la tele. Lee dos páginas de un libro. Luego dará tiempo a más. Cómprate algo bonito que no necesites, aunque sea por internet. Ponte guapa aunque estés en casa. Deja de mirar esa barriga fofa, que con tiempo volverá a su sitio. Y lee a Andrea Amoretti. Ella sabe mejor que nadie que el estilo no es incompatible con ser madre. Yo con dos niños me estoy volviendo loca, pero me llena de paz leer su último mail: la cosa no para de mejorar, con el tiempo es todo más y más bonito". 



Lee, aunque sólo sea una página
Cuñas de Clarks, comodísimas. Me cuentan que acaban de sacar
colección de tallas grandes, ¡y es preciosa!

sombrero canotier de Lucía Be    lipstick Paul&Joe de Olivia The Shop   
Traje de baño J. Crew    Camiseta de Petit Bateau   
Pulsera de Beroque    Sandalias de cuña de Clarks    Shorts viejos de mi amore 


Y hablando de estilo: manual de supervivencia en rebajas
tips de estilo para todas y un montón de ideas 
para sacarle partido a los fulares este verano.
 ¡Sean felices!

Lánzate en bomba (estamos de vacaciones)

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Hace un año me sentaba en la hierba con Deb para hablar sobre emprender y otras tantas cosas. Me pidió que eligiera un sitio importante para mí y nos fuimos al templo de Debod que es donde hace casi cinco años tuve mi primera cita con el amore. De hecho, se le puede ver en el vídeo ahí detrás, jugando con paxarito en un banco. 


Ha pasado ya un año, he dicho, y un montón de cosas. Me quedé embarazada, saqué tres colecciones, dibujé mucho, hice un curso de empresas y otro de parejas, nació Juan, se murió mi abuela y hace menos de un mes se murió también nuestro perrolobo Gastón. Rapidito. En apenas un par de líneas. 

Ahora paxarito, cuando pasa un avión, lo señala y dice: "Tatón". Es su modo de explicar que Gastón está en el cielo, con los aviones, y también con Maruja, mi abuela, que me escribía cartas contándome lo suyo con el abuelo, nos compraba curasanes y llevaba las uñas más cuidadas del mundo.

Comprenderán que necesito unas vacaciones, así que esta noche bajamos la persiana de la shop online. Del 7 de agosto hasta el 8 de septiembre. Mientras, pueden seguir mis rollos en instagram o twitter, o escribir a hola@luciabe.com. Aunque lo más sensato es disfrutar del verano y lanzarse en bomba, volver a enamorarse, mandar postales y levantarse pronto para disfrutar de un par de amaneceres...


Yo, que siempre he sido muy de listas, ya tengo la mía para este mes de agosto. Una pequeña hoja de ruta para lanzarme en bomba que hasta he convertido en fondo de pantalla para que no se me olvide (pueden descargársela ustedes aquí). Suena Good morning brigth eyes, paxarito se ha ido con los abuelos al norte, el amore trabaja y Juan, por fin, duerme. Estoy sola... comienzan mis vacaciones. 

¡Sean felices!

Septiembre

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El verano cae a la misma velocidad que mi pelo. Desde que nació Juan, me quedo con manojos enormes entre los dedos. El amore, ahorrativo él, sugiere reutilizarlos para rellenar colchones, y yo le lanzo miradas de asesina (calva) para que se le pase la idea.

Ya se han terminado nuestras primeras vacaciones los cuatro, como una tropa de titiriteros dejando trastos por media España. Mi madre, mi suegra y nuestros amigos tienen existencias de pañales y biberones gratis de por vida, y mientras yo me devano los sesos pensando cómo poner orden de una vez en este curso que empieza.

Ya estoy de nuevo aquí. El tiempo, el verano y mi pelo, todo se me escapa entre los dedos... Ya hace cinco años que empecé este sarao, aquel verano de 2009, y cada vez somos más en esta pequeña gran familia. Me recuerdo recién llegada a este pueblo, sin internet y con un montón de maletas llenas de lazos y flores. Comentándome yo misma los primeros posts, sin saber qué hacer o cómo ganarme la vida en un lugar dónde sólo había campos de trigo, casas bajitas, huertos y un tipo llamado Pablo que se empeñaba en llamarme "la señora". 

Por eso, este primer post del curso quiero dedicárselo a ustedes, que me han permitido levantar esta preciosa empresa, me dan palabras de ánimo, empujones en la dirección precisa, consejos que no tienen precio pero sí mucho valor y algún que otro estacazo para ir corrigiendo el rumbo. Hay mucho empeño y trabajo detrás, pero pagar las facturas soñando Lucía Be es un enorme privilegio. 

Y como la vida es una verbena, me calzo mis bailarinas y levanto a Ginnie Maddox gritando fuerte un "¡Va por ustedes!". El bailoteo y tal lo dejo para el viernes, que ahora tengo que empezar a sacar pedidos.


 Gracias por seguir ahí, ¡feliz septiembre!

La boda de mi amiga Ester

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"Nos conocimos en 2005, un fin de semana en la sierra de Madrid. Teníamos diecisiete años. Él siempre dice que cuando me vio, se giró a su amigo y le dijo: ¿Ves a esa morena del fondo? Pues me voy a casar con ella". 

La morena es Ester, y se hizo la loca y dio guerra hasta se dio cuenta de que estaba terriblemente enamorada de Jesús, el tipo a quien debemos esta bonita historia. "Yo siempre quería dejarle", me cuenta, "Iba en el autobús ensayando mi discurso, pero cuando estábamos juntos me hacía sentir especial. Y así, sin darme mucha cuenta, descubrí que estaba que me moría por él". 

Después de nueve años de paseos por el Madrid de los Austrias, largas conversaciones y pipas con limonada en el césped del Retiro, efectivamente, se casaron. Y yo, que ya tenía cuadrada la agenda de bodas del año, mi vi sorprendida cuando recibí la invitación en el buzón de casa. Es una de las partes más bonitas de este trabajo: tras un montón de visitas a mi taller en Madrid, largos e mails y muchos sombreros, Ester y yo nos hicimos muy amigas. Me planté en su boda con pamelón y bombo de siete meses, y puedo decir que es una de las más bonitas a las que he ido.

Pero es que Ester y Jesús son de esas personas con quienes todo parece fácil. "El año de preparativos ha sido muy dulce. Hemos disfrutado cada paso, cada decisión. Uno de nuestros grandes miedos era perder nuestra personalidad ante la vorágine de banderines, recenas, photocall y todas las aplicaciones sin las cuales parece que no tienes LA BODA. No queríamos perder de vista lo importante: que ese día, él y yo, Jesús y Ester, nos íbamos a casar".

Para el vestido, Ester eligió Lamaryé, el taller de novias que ha montado Ana, otra de mis novias con canotier (¿recuerdan?). Me hace especial ilusión, porque se conocieron en nuestro picnic silvestre, hace ya un año. Y entonces, empezaron a tramar lo que sería el vestido: una pieza sencilla de corte espectacular, hecha en crep satén, adaptado al cuerpo y con mucha caída. Todo: enaguas, botones, sisas, presillas... estaba cosido y hecho a mano, con un toque rosa empolvado en las mangas. Como complemento, nuestra corona paniculata, con flores secas en tonos rosados y crudos. Del peinado y el maquillaje se encargó una de sus hermanas pequeñas. 

La boda, preciosa. Llena de niños, familias, flores y gente bonita. "Fue justo como habíamos pensado, imaginado y hablado que sería. Y desde entonces, cada día mejor. Aprendiendo a vivir juntos, bailando en la cocina mientras preparamos la cena y muriendo de la risa cuando nos llaman al teléfono y nos preguntan si vivimos en una cueva, del eco que hay en casa porque no tenemos nada de nada. Pero es mentira, porque en realidad, lo tenemos todo".












 ♥   Fotografía: Rox and San 
♥   Vestido: Lamaryé 
 ♥   Corona de flores: Lucía Be 
♥   Celebración: Hipódromo de la Zarzuela 
♥   Meseros y papelería: Lucía Be 

Cosas de madre

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Esta mañana he ido al súper a por pañales, y en esas estaba, cuando me he descubierto extasiada ante la oferta inmensa del pasillo de limpieza. Antes paraba en la zona de bebidas, champús y aperitivos varios. Por este orden. Pero ahora las fragancias al aloe vera bajo la promesa eterna de suelos brillantes me dejan noqueada. Sprays quitamanchas para todos los gustos, bolsas de basura perfumadas, bayetas ecológicas y un nuevo limpiacal que tengo la necesidad imperiosa de comprar.

Sumida en mi sueño de lejías varias, me encuentro con que estoy meneando el carro de la compra y rumiando en bucle ese "ea ea ea" infinito que le canto a Juan para ver si consigo dormirle. En lugar de Juan, esta vez mi carro lo ocupan un par de lechugas, patatas, leche y merluza fresca, que hoy estaba de oferta. 

Ayer hizo dos años que soy madre y cada vez hago más cosas de este tipo. Me encuentro hablando en idioma niño cuando estoy sola, sufriendo cuando paxarito monta en el tren de la bruja por si descarrila, revisando minuciosamente el ticket de la compra de la semana, fregando con éxtasis la cocina o meciendo una merluza. 

Mi duda es, ¿la maternidad otorga unas características especiales que hacen que todas las madres se parezcan? Es que ayer le ordené al amore que se bebiera el zumo porque se acababan las vitaminas, y en fin, tengo miedo...




4 de octubre, ¿nos vemos?

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Me he pasado el verano dando la lata al amore con la empresa. El pobre está hasta el gorro de mi y de mis continuas divagaciones: que si lanzo esto, invierto en aquello, no tengo plan de negocio, necesito otra web, la mensajería está muy cara, la florista está loca, no tengo tiempo, nadie me comprende… y así en bucle sin fin.

La otra noche le solté que a ver cuando dejaba de fumar. Y el otro, aspirando bien el humo, me dijo: cuando tú dejes Lucía Be. Nota mental: no le puedo dar más la brasa con mis milongas o mis sombreros corren peligro. Pero es que esto de emprender es algo así como El llanero solitario y una necesita desahogar por alguna parte.

No estás sola, muy friend: en esas que llega Superyuppies y me propone contar mi historia en las Súper Jornadas para mini emprendedores. En un escenario, ante un montón de personas. “Les compadezco”, suelta el amore. Pero en el fondo está feliz de que vaya a dar la chapa a otra parte.


Así que apunten: 4 y 5 de octubre. Un fin de semana de formación de calidad y de clara aplicabilidad a la emprendeduría, de la mano de expertos profesionales de diferentes sectores: cómo hacer un plan de marketing, gestión empresarial, como vender más gracias a las redes sociales, claves para aumentar la productividad, fotografía, coaching para emprendedores... 



Respecto a mi, no esperen escuchar lecciones de un gurú del marketing ni una visionaria del mundo empresarial, pero sí mucho de todo lo que he aprendido a base de fallos garrafales y pequeños éxitos a lo largo de estos cuatro años que llevo con mi sarao a cuestas. 

Mi entrevista en Superyuppies aquí
Todos tenemos una aventura que emprender, así que... ¡les espero! 




Planchar es cool

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Creo que la culpa de toda la industria de la moda rápida la tiene la plancha. Lo he descubierto este fin de semana, mirando al montón gigante y penoso de camisetas, vestidos y pantalones que desde hace unos meses dobla el tamaño de los montones de Zara en rebajas. 

Tiré de la pierna de un vaquero y apareció aquel top de gasa perfecto, la cazadora vaquera, el fular bordado y hasta unas medias de plumetti de hace seis años. Tan revuelto y arrugado, que me entraron ganas de salir pitando de compras y hacerme la sueca. ¿Ropa yo? ¡Pero si no tengo nada que ponerme!

Tanto dilucidar sobre el fast fashion, y ahora el problema está en la plancha. Así que apunten, queridos: compren menos y mejor, y además planchen. Mimen la ropa, aprendan a descifrar los jeroglíficos de las etiquetas... Se lo dice una que ha encogido tres vestidos este verano por meterlos en la secadora en "secado plus armario". 


Y recuerden: todas somos bonitas 
(y estamos en la mejor época para llevar los pies con estilo)  

Hey baby!

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Desde que nacieron mis enanos, estoy descubriendo un mundo increíble de marcas muy geniales, libros preciosos, trucos infalibles... Me gusta comprar cosas que tienen una historia detrás y sé de donde vienen. Supongo que con su ropa y sus juegos, estoy dejando un poco de mi en ellos, enseñándoles un estilo de vida

Aquí una selección de lo que he encontrado últimamente:


01. Camiseta de Botisetas. 
02. Libro El Cocodrilo disponible en Baby Delhi
03. Sellos para estampar la ropa con su nombre, de Vitamina D
04. Mono de lana de Paz Rodríguez para Pierino Bebé.
05. Camiseta de Pio Shop.
06. Tipi de To The Wild.

Los cocodrilos saben contar bonitas historias
To the wild, ése lugar de nuestra infancia donde fuimos libres
Pssst!!! Sorteamos esta cesta de Baby Delhi en nuestro Instagram

Me voy a hacer la maleta, ¡que me voy a Barcelona!

Malabaristas

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Con una mano cojo a Juan para darle el biberón, con la otra miro como una obsesa las actualizaciones de twitter, apunto en mi mente que tengo que llamar a mi madre para preguntarle cómo se quita la mancha de aquel vestido negro que compré en St Tropez (¿o fue en mi pueblo?). Haz la comida, ¡no llegas! y además de dieta, que parece que sigues esperando gemelos y hace ya cuatro meses que diste a luz. Contestar e mails, llamar a mi abuela para decirle que le quiero, llevar mudas a la guardería, planificar objetivos, pedirle a Pablo cebollas del huerto y desapuntarme de inglés (lo siento, no me da tiempo). 

A todas éstas, ¡la colección de invierno! entre pañales, facturas, listas de la compra y un montón de ítems por cumplir. Y todas igual, soltando ese "a ver si nos tomamos un café" cada vez que nos cruzamos con alguien. Un café que nunca llega porque la lista, ya saben ustedes, es interminable, monada.

Y es que vamos medio locas en un circo de tres pistas. Cual payasas, domadoras de fieras, bailarinas, malabaristas... Pero  aunque el espectáculo no salga redondo, hay magia, porque sale. Y el público aplaude, porque sabe que lo estás haciendo bien. Salta, eres una auténtica malabarista.

Va por ustedes, ¡MALABARISTAS!














¿Quieren verla entera? click aquí

Flipadas

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De esto que se juntan tres desconocidas en un precioso apartamento en Barcelona y se les hacen las cinco de la madrugada hablando sin parar. O como acudir a unas jornadas de emprendedores a dar una charla y acabar dando la vuelta a toda la empresa.

Nuestro apartamento bonito Eric Vokel en Barcelona
Pero les contaré desde el principio. Maïder, la única copywriter en internet experta en redactar textos irresistibles, Eli, responsable de Marketing y Comunicación de una productora a punto de embarcarse en su propia aventura. Y menda: sombrerera loca en busca de cordura para su empresa. Las tres compartiendo uno de los apartamentos de Eric Vokel para las Súper Jornadas para Mini Emprendedores de SuperyuppiesYo que me las prometía tan felices durmiendo a pierna suelta y no pegamos ojo en todo el fin de semana. Es lo que tiene meter a tres emprendedoras bajo el mismo techo: de allí salen ideas, aventuras y flipadas varias para el resto del año.


Lo que viene siendo #girlpower
Y entonces llega la señora Oriol diciendo que prefiere contratar a mujeres que no puedan quedarse embarazadas y Facebook con su cheque regalo para congelar los óvulos de sus trabajadoras. La realidad choca en toda la cara y mis flipadas varias pergeñadas durante el fin de semana saltan por los aires. Mi casa es un revuelto de facturas, pañales y trastos y ayer me acosté a las tres de la madrugada trabajando porque paxarito tuvo fiebre y no podía ir a la guardería. Y digo yo, ¿para qué? si sólo son flores, dibujitos y sombreros...

Emprende cada día, aquí
Es cierto. La realidad es difícil, pero de eso se trata emprender. Emprender en su sentido literal, que implica aventurarse, ir más allá, cambiar de actitud, intentarlo. Juan me sonríe, Paxarito recupera su ritmo de locura normal, sale el sol y me acuerdo de la frase: "haz de lo mundano algo irrepetible". Y sólo así puedo agarrar el lápiz y ponerme a dibujar, y se me van ocurriendo sombreros, tocados, historias y dibujos que hacen que la vida sea una fiesta.

No me siento un caso de éxito pero me gusta transmitir mis experiencias porque
en el fondo todas tenemos las mismas inquietudes, dudas y miedos. 
Supongo que todas somos emprendedoras en ese sentido, en esa edad incierta que va desde los 25 a los 45 años, con los óvulos acelerados, malabaristas. Sin cheques regalo pero con ganas, y muchas flipadas varias por hacer realidad.



¿Bailas?

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Hace cinco años empecé este blog. Estaba en la redacción, rehaciendo por enésima vez el planning de contenidos, después de una bronca con el jefe porque no llegábamos a tiempo y con los de publicidad suplicándome que les sacara hueco a sus anunciantes. Tenía que ir a entrevistar a una diseñadora loca que se había dejado una pasta gansa en la contraportada pero yo lo único que quería era largarme con el amore, que había venido por primera vez a verme y estaba paseando por Ruzafa esperando a que llegaran las dos.

Y entonces me salí por la tangente. Suele ocurrirme cuando se me amontonan las cosas por hacer. Me pasaba en los exámenes que dejaba para estudiar a última hora, y cuando me encontraba en el zenit de mi concentración una idea cruzaba mi mente y me ponía a dibujar cómics como una auténtica desesperada. Es mi forma de reaccionar. No puedo evitarlo. 

El caso es que estaba en la redacción, al borde de un ataque de nervios, y lo único que se me ocurre es abrir la página de blogger y empezar este blog (aquí el primer post). Por entonces había hecho algún tocado, varias fotos y sabía que mi misión en esta vida no estaba en aquella revista. Cogí una foto de internet en la que salían tres sombreros y varios matasuegras y escribí: "sombreros, dibujos, historias y cosas que hacen que la vida sea una fiesta"

Desde entonces, han pasado muchos lunes con labios rojos, viernes de verbena y mañanas en las que en realidad necesito una copa. Novias con canotier, zorras con bailarinas y chicas silvestres que huelen a lavanda. Les he contado mil rollos, aventuras en el pueblo y mis delirios de pringada. Y después de cinco años, sigo pensando que conocernos fue mejor que cualquier cosa y que molamos mucho, pero mucho, todos juntos.

Han sido cinco años geniales que dan para un manifiesto: La vida es una verbena. Con bola de discoteca, farolillos. Con sus percances, alegrías, tropiezos, carcajadas, momentazos y gin tonics.

Porque esto no va de tocados, láminas y cosas bonitas. O sí, pero más allá. Va de baile, música y barra libre. Y yo lo que quiero es que ustedes bailen conmigo. Así que hoy hemos lanzado nuestro manifiesto, aquello en lo que creemos. Y para celebrarlo y que se entere todo el mundo, hoy sale nuestra primera newsletter. Porque hace cinco años lancé este sarao y sigo pensando que la vida es una gran fiesta. Y oigan, hay que celebrarlo.





Pueden apuntarse en este mismo post, en la barra lateral del blog o en mi página web. No se preocupen, no pienso bombardearles. Simplemente, es la lista de invitados a mi verbena. Y así, les mandaré mis dibujos de lunes, les contaré mis rollos (pocos), algún secreto de los buenos y accederán a promociones y descuentos exclusivos en mi shop online (por cierto! Sólo para suscriptores, esta semana todos los pedidos van con el manifiesto impreso de regalo).



La vida es una fiesta, yo me encargaré de 
recordárselo en su bandeja de entrada.

Gracias por seguir ahí. Y que no pare la música.

Y pelar langostinos la mañana de tu boda

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Cuando Celia me escribió contándome que la mañana de su boda había estado pelando langostinos como una posesa con Suso, su novio, para el salpicón del cóctel, supe que tenía que escribirle un post. Las chicas valientes lo merecen, y las que celebran su boda con luces de verbena a pesar de un presupuesto muy ajustado, también.
    
"Nuestra boda fue muy tranquilina y muy informal. No estamos pasando por un buen momento económico, así que no hay fotos oficiales. Hicimos malabares con el presupuesto, algo de crowdfunding entre los invitados, y entre todos nos cocinamos el banquete y lo que hizo falta. Te paso unas fotos que he rescatado de alguna de las cámaras. Ya lo siento, porque no he encontrado ningún primer plano del tocado".

No hizo falta, ya solo con las primeras líneas quise dedicarle un hueco entre mis bodas silvestres. La pobre no entendía que le pidiera tantas fotos y prometió no guardarme rencor si decidía al final no publicarlas. "No creo que mi boda esté a la altura", me decía. Pero yo creo que es una de las bodas con más altura de las que he visto, y si no, lean...


Nuestra boda fue algo muy familiar. Teníamos claro tres cosas: que queríamos casarnos, que queríamos celebrarlo y que no teníamos mucho dinero. Como el punto tres nos parecía el menos relevante, nos pusimos manos a la obra para idear algo que nos pudiésemos permitir.

Queríamos algo íntimo, aunque nos habría gustado invitar a más gente. Nos propusimos que volveríamos a celebrarlo las veces que hiciera falta para poder compartirlo con todos, pero esa primera vez, hay personas que necesitas que estén allí sí o sí.

La familia de Suso tiene una casa en un pueblo cercano a Vigo. Allí encontramos Nornas hostel, una casa de piedra con muchas habitaciones, un patio grande de hierba y uno más pequeño con un hórreo que nos pareció perfecto.

Hicimos todo nosotros: las invitaciones, la comida... Todos los invitados fueron muy generosos, así que, poco a poco, pudimos ir incluyendo cosas que no nos imaginábamos que íbamos a poder tener, entre ellas tu maravilloso tocado, pero también las luces, maquillaje y peluquería… Pero es que además, para cada cosa que había que hacer estaban allí: recortar atrezzo para las fotos y banderines,  pintar cajas, ir de compras, llevar y traer…

Los anillos me los hicieron en una joyería a partir de una pulsera de comunión reconvertida.  Mi traje me lo hizo una modista de Vigo, Clara Costura, que es un encanto. Llevé también una chaqueta de Mango y unos zapatos amarillos de Hispanitas

Disfrutamos tanto de los preparativos que lo eché de menos cuando acabó. Quedarme por la noche pintando vasos, cosiendo embaucar con torrijas y batido de chocolate a nuestros amigos para que vinieran a recortar banderines, quemarme haciendo los postres el día antes de la boda, Suso y yo pelando langostinos para el salpicón como posesos la mañana de la boda…

Los recuerdos de la boda son tontunos también: llorar junto a mi suegra, mirarnos y acabar llorando de la risa  al vernos llorar, el discurso de mi madre en la ceremonia, Suso intentando esconderse de mí antes de la ceremonia, su abuela lanzando el arroz a puñados, nuestro primer baile, las historias bajo las luces de verbena…

Como ves, no fue gran cosa, pero estuvo lleno de cariño y de momentos “insignificantes” de esos que no sabes por qué, recuerdas para siempre.







♥   Vestido: Clara Costura 
♥   Tocado: Lucía Be 
♥   anillos: Roberto Joyeros 
♥   Zapatos: Hispanitas 
♥   Ramo y boutonniere: Kechulo 
♥   Celebración: Nornas Hostel 
♥   Tartas: Kala eventos 

Pssst! Este viernes tenemos una gran fiesta montada
¡suscríbanse si no quieren perdérsela!




Mi (idílica) vida silvestre

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A veces la vida le pone a una en situaciones muy intensas. De esas en las que hay que sacar todo el valor de dentro. ¿Han oído ustedes eso de que una madre es capaz de levantar un coche ella sola en situaciones límite? Bien, pues es mentira. Si una es cobarde no levanta ni un cojín del suelo. No quiero decepcionarles, pero cuanto antes desterremos los tópicos, mucho mejor. Se lo digo yo, que lo he vivido y estoy aquí para contarlo. 

Pero empecemos por el principio. En estas que estaba yo corriendo como siempre cuando me topé con un gusano rojo y repugnante cruzando muy tranquilo por el salón de casa. Hay ciertas cosas con las que no puedo, los bichos y los gusanos entran dentro de las principales. Tras cuatro años viviendo en este pueblo no he logrado acostumbrarme, y miren que he tenido que lidiar hasta con sapos en días de tormenta.

Ahí estaba el gusano, como un alemán por el paseo marítimo de Benidorm, y yo sin poder articular palabra. El amore trabajando, Paxarito en la guardería y Juan con escasos seis meses. Estaba sola ante el peligro, así que con todo el asco de mi corazón cogí una escoba y llevé al pobre gusano al jardín, incapaz de chafarlo. "Ale, a pasear palmito por el huerto", musité muy satisfecha de mi heroicidad. 

Ilusa de mi, cuando fui a dejar la escoba en la cocina, me encontré con ocho gusanos, ¡ocho! Rojos, asquerosos y paseando tranquilamente por las baldosas del suelo. Empecé a hiperventilar y antes de morir asfixiada cerré la puerta y salí de allí como si me persiguieran ocho perros rabiosos.

¿Qué hace una histérica al borde de un ataque de nervios con ocho gusanos asentados en su cocina? La respuesta es sencilla: llamar a Pablo, el que me cuida el huerto, que se presentó en cinco minutos aunque era la hora de comer. Se lo digo yo: ése levanta un camión en situaciones límite. Entró en la cocina, cogió un gusano, lo chafó entre los dedos y se frotó las manos diciendo: "huele a ajo".

Los ajos caducan pronto. Yo de esto no tenía ni idea, a pesar de que Pablo me lo repetía cada vez que me regalaba manojos del huerto. Y como en casa somos poco ajeros, los metía en el armario y hasta el año que viene. Creo que había cuatro generaciones de ajos guardados en el armario, así que los gusanos se habían montado una fiesta por todo lo alto a mis costa. 

"Los ajos son como el dinero, cuanto antes se gasten mejor, que no me haces ni caso pero al final, sabes que siempre llevo razón", me regañaba Pablo en la terraza de casa. Le invité a un vino, y se puso a contarme como hacer injertos, los secretos de un buen dulce de membrillo, sus cruces de pera y melocotón y las mejores trampas para mantener a los pájaros a raya. Hey, me estoy convirtiendo en un pozo de sabiduría hortelana.


Recuerden: solo el que ha comido ajo, puede dar una palabra de aliento. Y ya pueden comprar los calendarios verduleros en la shop, con todas las frutas y verduras de temporada y las frases más bonitas inspiradas por mi amigo Pablo, que ya merece un spin off.








Pasos para bailar esta Navidad

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Lo confieso, la Navidad me ha pillado desprevenida. Con la casa llena de trastos, el pelo fosco y frondoso con tanta niebla y hasta un ratón debajo de la nevera. Una musaraña, matiza Pablo. Igual me da, el caso es que está ahí, y yo lo sé, y cuento los días para salir pitando de esta casa de campo en el que las cajas, los palés, el papel de seda y la lavanda han ido conquistando nuestro espacio hasta dejarnos en una esquina de la cocina al amore y a mi, que me echa miradas fulminantes mientras se pregunta por qué carajo no hice las oposiciones para el ayuntamiento del pueblo.

El grinch existe, y se esconde con el ratón debajo de mi nevera, dentro del ordenador y en mi armario lleno de ropa revuelta que aún espera a ver si me siento a hacer unos looks decentes para Nochebuena. Paso, tiro del vestido negro de lefties de hace cinco años, total, si yo y mi pelufo lo único que queremos es dormir de seguido durante cincuenta horas.

En esto que llega Andrea Amoretti y me da una de esas frases brillantes que consiguen tanto. Ella ha logrado que me pinte las uñas de los pies (pelufo electrizante y armario revuelto, pero todo se andará) y que me una a la filosofía de las 45 prendas, pero eso ya se lo contaré en otro post. Y, como cada año, me da su frase de Navidad: "la fiesta está en los detalles". Y yo me pongo a pensar...

En el detalle de Gonzalo y Mery, grandes amigos del amore y míos, que en lugar de una postal navideña nos envían un paquete enorme lleno de galletas de mantequilla, monedas de chocolate, regalos para todos y una carta preciosa. Aún hay más: nos dicen que tienen un planazo para cuando vayamos a Valencia. Yo me imagino el nuevo sitio de moda, unas copas en nuestro bar, una cena en su casa... No my friend, el planazo está en la residencia de discapacitados "La Nostra Casa": "nos hemos hecho súper amigos de Conrado, Mati y Martín. Dos horas con ellos y risas aseguradas para el resto del día".

En el detalle de acordarse de los demás. Está bien encontrarse una postal en el buzón de casa o del Mail. Lo mismo da. Yo no he mandado ninguna, sé que la mayoría de ustedes tampoco. Para ponérselo fácil, durante estas fechas al apuntarse a nuestra verbena les regalamos una postal descargable, para que puedan imprimir y acosar a sus amigos, familia y hasta a ese vecino que siempre se queja por el ruido. Keep calm, haz que cada día sea Navidad.





En el detalle de apagar el móvil y mirar a los ojos. Me lo pide el amore últimamente, y Paxarito cuando le leo a dos bandas el cuento de los osos, e incluso Juan, que ya tiene dos dientes y yo no me había enterado. 

En el detalle de parar, porque hay más vida fuera. De cuidar un poco este pelufo frondoso. De parar para bailar en la cocina. Parar y llamar a mi abuela, que quiere que le mande un calendario de mesa y yo no dejo de darle excusas porque cuando vea lo de "sé un poco zorra" pondrá el grito en el cielo. Parar y montar el Belén, y de paso, seguirle el rollo a Paxarito, que se contornea por toda la casa al ritmo de su propia versión de "fun fun fun". 


Y en los detalles también de fuera, de unos poms en los tacones, un lazo en el pelo, una falda de tul o unas medias de plumetti. El estilo que te hace feliz, como bien sabe Andrea, y hace feliz, ¿por qué no? también a los demás.


Sean felices, bailen, hagan que la vida sea una fiesta.


Las dos cosas que harán que tu 2015 sea brillante

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Mi web murió la noche del 23 de diciembre a la una de la madrugada. No ahondaré en detalles: murió y punto. Dicen que se arreglará mañana pero no me lo creo, y llevo una semana con un trastorno bipolar en grado tres y subiendo. Después de una semana agonizante, con chorrocientos mails pidiendo explicaciones y la campaña de Navidad perdida, he aprendido muchas cosas. Así que, mirándolo por ese lado, no todo es tan malo.

Comprenderán que no haya tenido mucho espacio mental para hacer balance y mirar al futuro, y además, en realidad, si pienso en 2015, sé que la voy a volver a liar parda un montón de veces. La vida es lo que tiene, que es preciosa, sí, pero cuesta lo suyo.

Así que no voy a decirles que este 2015 vamos a triunfar y ojalá que todos nuestros sueños se cumplan. Porque lo más seguro es que tropecemos, nos duela, tengamos días bastante malos, nos den disgustos y nos quede algún sueño por cumplir. Forma parte del cuento, como también los días maravillosos, los momentazos, las risas, los amaneceres y sueños que sin soñarlos, se cumplen sin más. Y así en general, vale la pena. Mucho.


Al nuevo año le pido que nunca me falte el pintalabios en el bolso. Para afrontar los lunes, los viernes y la vida. Y aquí me tienen, en pijama pero con labios rojos desde las diez de la mañana. Y además, esta noche, a la tercera copa de champán ya no habrá web que valga. 

Champán y pintalabios, que no falten. ¡¡Y Feliz 2015!!



Pedidos, reclamaciones y palabras de amor, 
como siempre en hola@luciabe.com

Nueve noticias para sonreír

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Me ha costado. Llevo una semana buscando buenas noticias que no hayan salido del Mundo Today. Algo que nos haga reír y nos quite este mal cuerpo que se nos ha quedado después de lo de París, la cuesta de enero y las portadas agrias del telediario. Después de estudiarme hasta las necrológicas y las ofertas de súper, he de decir que cabe esperanza en el ser humano. ¡Que las disfruten!



♥  Fiesta seguirá produciendo con normalidad montones de piruletas de corazón, Kojak y "fresquitos". Después de dejarnos con el corazón encogido tras solicitar el concurso de acreedores, han tenido a bien anunciar que "actualmente está en una situación de plena normalidad operativa". Es decir, fabricando piruletas y fresquitos a destajo para felicidad nuestra.




 Ya pueden tirarse un pedo tranquilamente. Las nuevas bragas que neutralizan el olor de las flatulencias han llegado al mercado. Se llaman Shreddies Flatulence y gracias a una sustancia muy extraña llamada Zorflex que disimula como nadie los efluvios apestosos, podrán evacuar ese aire incómodo sin problema hasta en casa de su suegra. Lo sé, quieren comprar una remesa. ¡Pues redoble de tambores! Por 20 euros las pueden adquirir aquí. Son hasta monas, y ya de paso le compran un par a su amore para poder ventosear juntos.


Y si camuflan los pedos, ya ni te digo
  Enero es mes de bailoteo. Según nuestro calendario verbenero, este mes toca bailar. En la cocina, en la pista de baile o en el centro cultural del pueblo. Yo me he apuntado a un curso online de ballet después de darme cuenta de que el running no es lo mío. Ya tengo tutú y bailarinas, y a medio día, me pongo a tono con adagios y arabesques, mientras Juan me mira burlón desde su trona. ¿Quién dijo que no puedo ser primera bailarina a los treinta?


Nuestro calendario verbenero, aquí
 Confirmado: este año podremos molar tanto como McFly en Regreso al futuro. Nike ha anunciado que va a lanzar las míticas zapatillas capaces de abrocharse solas. Lo del DeLorean, de momento, es otro cantar...



 Un paso adelante en la investigación contra el cáncer. Google trajo el mal al mundo. Es dolerme un dedo, ponerlo en el buscador y... oh oh... me parece que tengo un cáncer de caballo. Bromas hipocondríacas aparte, los avances en esta enfermedad que se ha llevado a tanta gente consuelan, y mucho. Ya habían detectado una cosa del ADN llamada telómeros, muy relacionada con la enfermedad. Pues bien: acaban de demostrar que actuar sobre ellos podría acabar con el crecimiento del cáncer una vez producido. Como yo lo explico fatal, mejor léanlo aquí.


Y mientras investigamos telómeros, tipos como éste alegran el día a pesar de leucemias.
 Estamos de rebajas. Bueno, en realidad esto no tendría que estar aquí, pero tenía que ponerlo. Además, las rebajas alegran el corazón y las almas bajoneras. Mi depresión post vacacional necesita de ellas. Y tenemos un montón de sombreros gustosos, coronas aterciopeladas y lazos que necesitan dueño. Razón, aquí.



 Un empresario salamantino dona un millón de huevos al banco de alimentos. Lleva seis meses regalando huevos y no quiere dar su nombre. Gracias a él, las personas más necesitadas de Castilla y León podrán disfrutar de tortillas, huevos revueltos y un montón de proteínas de la granja.


Huevos con corazón
 Comprobado. Hollywood miente. Y si no, lean. Así que solo por hoy, dejen de comerse el tarro por no sentir un terremoto de mariposas estomacales durante todo el año o por descubrir que esa espinilla en la nariz del otro les da un poco de bajón. Entra todo dentro de lo normal, y además, es más divertido.


 Soy la nueva musa de Grupo el Gaitero. Sí, los de la sidra, ¿los conocen? Han regrameado una foto mía con nocturnidad y alevosía, y estoy estudiando emprender acciones legales para potenciar esta alianza sinérgica. Ya me veo el año que viene cual burbuja de sidra anunciando las campanas de año nuevo. ¡Al tiempo!


Enero en el pueblo

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Me he convertido en un oso. Pasó la Navidad, volvimos a casa y me metí en mi madriguera. La diferencia con el oso es sustancial: en lugar de dormir, yo tecleo, dibujo o me devano los sesos. Por lo demás, todo igual: pelo, volumen y aletargamiento. Hasta mi suegra apunta repetidamente que arrastro los pies y creo que ni el láser podría con mis escarpias a prueba de invierno.

Enero me ha dejado baldada y sin leña. La chimenea vacía, y yo arrastrando mis Ugg falsas por toda la casa. No crean, no soy la única. Al amore le ha dejado su pareja de tenis del pueblo. Un divorcio exprés a través del móvil: 

"no juego mas con tigo se lo e comunicado al club dice que si quieres puedes jugar con otro yo ya no quiero jugar mas con tigo adios". 

La ortografía no precisa explicaciones, y así, vía whatsapp, se ha visto relegado a la categoría de outsider. Porque en este pueblo, si uno no juega al tenis, es lo que viene siendo un marginado. 

Menos mal que Pablo no nos abandona y sigue pelando piñones en el banco de piedra frente a la cocina. Lo observo mientras descongelo las pechugas, Paxarito desarma el barco Pirata y Juan berrea, como siempre, desde su trona. Esta noche, cambiaré las botas por unos tacones, abriré el champán que quedó de Nochevieja y supliremos la leña con abrazos. Enero se acaba y creo que va siendo hora de salir de mi cueva.




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